Cinco meses y nueve horas. Es lo que ha costado aprobar el presupuesto de Aragón. Este 10 de mayo, día del pleno extraordinario que validó las cuentas del 17, el consejero de Hacienda cumplía años. Pero Fernando Gimeno se inmuta por pocas cosas, mucho menos por aniversarios repetidos. Inspector de trabajo metido a político casi desde que tiene uso de razón, avezado y experimentado, las ha visto -en casi todas partes- de todos los colores.

A lo mejor por eso, el consejero de las cuentas era el que tenía más claro que iban a aprobarse. Y eso pese a que los hechos desmintieran, día tras día –tal y como repasa este diario hoy-, hoja tras hoja de calendario, su eterno y casi insultante optimismo.

Podemos, enemigo tan acérrimo como condenado a entenderse con el PSOE, no quería fotos con los socialistas. Sin curar todavía las heridas de Vistalegre, los podemistas -errejonistas o pablistas- huían entonces, (todavía más que ahora) del gobierno como de la peste. Así lo había bendecido un fin de semana de febrero la asamblea de las asambleas. Nada de pactos ni acuerdos, sólo el asalto a los cielos. Pero la realidad es tozuda, sin pértiga, y se impone, aun con consultas a las bases de por medio.

Podemos, enemigo tan acérrimo como condenado a entenderse con el PSOE, no quería fotos con los socialistas

La protesta de los vecinos del sur por la falta de colegios que se dilataba irremediablemente con el retraso de las cuentas, fue la espita que abrió la brecha. Y empezó a salir gas. Oxígeno y argón, pero con forma definida. Primero fueron condiciones. Cinco cumplieron los socialistas para contentar a sus socios de investidura. Y luego vino la petición de dimisión del consejero de Hacienda. Como Salomé, los promotores de las inmatriculaciones eclesiales, querían la cabeza de Gimeno en bandeja de plata. Pero el presidente Lambán, amigo de estrategias a medio plazo y aun con parte de su gabinete en contra, resistió el embate y no cedió. Y el tiempo corrió… en contra de todos.

Han pasado cinco meses y nueve horas de pleno desde entonces, pero Aragón ya tiene presupuestos. No es poca cosa, y es más de lo que tiene España. Y la casualidad y el capricho del calendario quisieron que el día fuera este 10 de mayo, aniversario del consejero que por poco muere en el intento. Es, le dijo en el Parlamento su compañero y adversario de Ciudadanos Javier Martínez, un buen regalo de cumpleaños. No le faltaba razón.