Hay quien se levanta ya de la cama con el ceño fruncido, porque es lunes, porque tiene que madrugar, porque tiene frio, porque ha dormido mal, porque le espera un día duro…y así uno puede buscar mil maneras de quejarse, de estar enfadado, malhumorado o contrariado.

En cambio, hay quien se levanta con alegría, con energía, con expectativas nuevas, con ilusión o simplemente sonríe a la vida de un nuevo día. ¿Qué hace diferente a un individuo de otro? En principio, su actitud ante la vida. Si nos paramos a leer o ver las noticias nos puede parecer que el mundo se está volviendo loco.


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Revueltas callejeras aquí y al otro lado del charco, violaciones, bandas organizadas de tráfico de personas, robos, asesinatos, estafas, chanchullos políticos, corrupción, violencia de género, pederastas, desastres ecológicos y medioambientales…

Podemos ver el mundo de color negro-gris o verlo de muchos colores, podemos intentar mejorarlo o quedarnos pensativos y quejosos. Desde luego, es difícil que podamos solucionar la mayoría de los problemas que hay, desde casa pero, nuestra actitud ante la vida puede hacernos más felices y también a los que nos rodean.

Hay algo que cuesta muy poco en todos los sentidos, no cuesta dinero ni tiempo por lo tanto es económico y rápido. Sí, apreciados lectores, todavía quedan cosas así. Todo el mundo lo puede hacer y dispone de ello, algunos con más facilidad que otros pero es cuestión de práctica. Me refiero a la sonrisa, tan sencilla y barata, pero que tacañas pueden ser algunas personas a la hora de ofrecerlas.

El poder de una sonrisa es inmenso. Yo recuerdo que tenía una jefa, que todos los días nos recibía a la entrada del trabajo con una gran sonrisa, pero una sonrisa de verdad, de esas que animan el día, de las que te hacen sentir importante para el otro, de las que te valoran, a veces acompañada de un qué tal estás, o muy bien ayer… llegaras como llegaras al trabajo, ya te alegraba y te contagiabas de esa sonrisa. Estoy seguro que a todos les viene ahora a la cabeza esas personas generosas que regalan sonrisas.


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Sonreír tiene muchos beneficios para la salud y aunque no lo crean, lectores, también para la felicidad, no sólo personal sino también de la sociedad. No es lo mismo estar con personas sonrientes y amables a estar con personas cansadas, quejosas y malhumoradas.

Sonreír oxigena tu cerebro y tu cuerpo, lo llena de alegría, ya que sonreír libera endorfinas y serotonina.

Sonreír alarga la esperanza de vida y con mejor calidad, porque te ayuda a disfrutar más de todo lo que te rodea y a ser más feliz.

Sonreír ilumina tu rostro y lo embellece, una persona que sonríe de verdad, con una sonrisa que sale del corazón, es una persona bella, hermosa.

Sonreír favorece las relaciones sociales, siempre que sean sonrisas sinceras, no esas sonrisas falsas, de postureo que ponen algunas personas y que se notan enseguida.

Sonreír rejuvenece tu imagen y tu espíritu, aliviando el estrés, lo que tú no puedes cambiar no merece la pena poner mala cara o enfadarse, busca una solución positiva y sonríe.

Sonreír es muy contagioso, la mayoría de las veces tiene recompensa y es devuelta tu sonrisa. Cuanto más sonríes más sonrisas ganas.

Una sonrisa es una forma sencilla y económica de mejorar nuestra imagen, no necesitamos cremas especiales, ni maquillajes, una sonrisa ya ilumina nuestro rostro. Una sonrisa es una forma sencilla de sentirnos bien, llenos de vida.

Como ves una sonrisa no cambia este mundo gris pero mejora muchísimo nuestro día a día y el de las personas que nos rodean. ¿Cómo te vas a levantar mañana, con el ceño fruncido o con una sonrisa? ¿Y pasado mañana y al otro?


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Reto a los lectores a sonreír, pero sonreír de verdad desde dentro, con el corazón, con amabilidad, con simpatía con alegría. Para ello hay que olvidarse de las prisas, del estrés y mirar un poco más alrededor de uno y sonreír.

Si la situación no es favorable, aplicar el refrán” A mal tiempo, buena cara” y sonreír. Al final del día, toca evaluarse, ¿cuántas sonrisas has regalado y cuantas has recibido? Seguro que ha merecido la pena y ha sido muy positivo el día. Si se consigue convertir en un hábito fantástico, verás cómo cambia tu vida y la de los que te rodean.

¡Sonríe!

Por un 2020 más sostenible y alegre ¡sonríe!, por un 2020 más tolerante, comprensivo y humano, ¡sonríe!
por un mundo más feliz ¡sonríe y regala sonrisas a los que te rodean. ¿Te atreves con el reto?

*Cristina Gil Gil es autora del libro La profe responde y del blog Ideas para crear y disfrutar