Zaragoza tienen una deuda con la figura de Goya. A diferencia de otras ciudades que han sabido asociar su imagen con artistas de referencia en la historia del arte universal, la capital aragonesa nunca ha hecho nada serio para convertirse en la ciudad de Goya. Proyectos ha habido, pero todos se han quedado en agua de borrajas. Como casi todo lo que es de importancia en esta ciudad.


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Y ahora, en esta época superficial de política de marketing e imagen, las cosas no van mucho mejor. La prueba de ello son esas esculturas de dudoso gusto la mayor parte de ellas (alguna hay que se salva), que han sido repartidas por toda la ciudad para celebrar el 275 aniversario del nacimiento de nuestro pintor más internacional en enclaves como la confluencia de la calle Alfonso I con el Coso.

Esculturas Goya Zaragoza

Para muchos, el recuerdo de Goya se merece algo más que esas diez figuras que están a mitad de camino entre las esculturas humanas que piden dinero para el Pilar y los ninots valencianos.

De hecho, me parece increíble que una ciudad que no ha sido capaz de construir un discurso coherente y atractivo sobre la figura de Goya para convertirlo en un foco de atracción, y que no ha podido, (o no ha querido, y aquí meto también al Gobierno de Aragón) construir un museo de referencia internacional sobre su figura, salpique la ciudad con estas figuras.

Para empezar, (y al margen de la estética de algunas de ellas, que para gustos los colores), la idea es una mala copia de las Meninas de Madrid (muy criticada además por expertos en arte por banalizar un referente cultural, agrupados en el movimiento #StopMeninas).

Y además, se ha hecho con una escultura que es horrible y que parece una caricatura del pobre pintor de Fuendetodos. Una escultura que realmente, creo que no da para que los artistas (a muchos de ellos, los admiro profundamente) puedan expresarse de forma adecuada. Ya puestos, ¿no se les podía haber facilitado otro soporte más adecuado y digno para el pintor, y también para los artistas, y hacer algo realmente importante y representativo?

Goya

Una de las estatuas ha sido colocada frente al edificio que iba a acoger el Espacio Goya / HA

También me inquieta sobremanera el hecho de que hayan colocado una de las estatuas goyescas en la puerta de la antigua Escuela de Bellas Artes de la Plaza de Los Sitios. No sé quién ha sido la mente pensante que ha decidido colocar esa figura allí, pero es una completa falta de sensibilidad y una ofensa a la memoria de ese viejo edificio y a todos los que siempre hemos querido una política cultural de ciertas miras para esta ciudad.

Porque no hay que olvidar que en un día no tan lejano, este edificio estaba lleno de vida con los estudiantes de Bellas Artes, y que fueron sacados de allí entre protestas para ir al nuevo edificio en el Actur, porque en el precioso edificio de la plaza de Los Sitios iba a construirse un mega museo de la figura de Goya, con un proyecto arquitectónico firmado por el prestigioso estudio suizo Herzog & De Meuron.


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Los alumnos tuvieron que abandonar su escuela en pleno centro de la ciudad (con lo importante que es para generar vida y dinamismo cultural), y el flamante Espacio Goya jamás se construyó. El edificio de la vieja escuela, construido en 1908 y cerrado a cal y canto desde 2009, está durmiendo el sueño de los justos quizás a la espera por parte de los responsables autonómicos de que se hunda, y así, un problema menos…

Goya se merece algo más que estas esculturas, o que el busto del pintor recubierto de flores que se pudo ver hacer unos meses en el Parque Grande. Nuestro artista más universal se merece una estrategia, se merece un trabajo serio (y no esas ideas peregrinas de convertir La Lonja en un centro de interpretación sobre el pintor desvistiendo un santo para vestir otro al eliminar la única de sala de exposiciones municipal de gran formato que hay en la ciudad).

En definitiva, Zaragoza necesita un argumento para ser conocida a nivel mundial en el cada vez más competitivo mercado de las ciudades medias. Y Goya puede ser un as en la manga si se trabaja con convencimiento, seriedad y con ambición. Y hasta ahora, lamentablemente, ni el Ayuntamiento, ni la Diputación General de Aragón, han hecho los deberes. Porque acciones como poner estas esculturas, además de banalizar la figura del pintor, son una mera cortina de humo para no afrontar esa dejadez y la falta de un proyecto serio para potenciar su figura y asociarla a nuestra ciudad.