El restaurante italiano Gonzo Bitter Bar abre de nuevo sus puertas en el corazón de Zaragoza (Plaza de los Sitios, 9), tras unos meses de ‘incubación’ que han servido para revisar y reafirmar aún más su propuesta.


Publicidad


Así, esta trattoria contemporánea, como cualquier hogar ítalo, regresa dispuesta a acoger a sus huéspedes a cualquier hora del día, desde el desayuno hasta la copa, demostrando la importancia de la materia prima y el respeto por los procesos originales de sus recetas.

El hermano de Ginger Fizz Bar y Garbo Gentlebar, el último en llegar a la familia Grupo Verbena Social Bars, es un viaje por la intimidad de las cucinas transalpinas de regiones tan emblemáticas como el Véneto, Abruzzo o la Toscana, poniendo al descubierto los secretos mejor guardados de esta honesta gastronomía.

Todo ello, continuando con su  filosofía: democratizar la alta cocina y revolucionar la cultura de la copa, con una oferta basada en cócteles y gastronomía de autor en un ambiente sofisticado, pero sin estridencias ni esnobismos, donde la calidez reina.

PARA CHUPARSE LOS DEDOS

Su propuesta se basa en la exaltación del producto fresco y respeto absoluto por los procesos e ingredientes originales. Así, la materia prima es la auténtica protagonista de una carta donde reinan productos importados como el tomate San Marzano, la burrata, o el guanciale y el pecorino para una auténtica salsa carbonara.

Lo mismo sus pastas, seleccionadas de los mejores pastificios de Campania, la región que, desde hace más de quinientos años, elabora la pasta de grano duro que alimenta a toda Italia. En ellos mezclan sus harinas con agua de los manantiales de la región, cortan la pasta con cuchillas de bronce y la dejan secar muy lentamente bajo el Vesubio.

Un espectacular plato de pasta que no probarás en otro lugar de Zaragoza / Gonzo Bitter Bar

Fieles a sus modos de elaboración, en Gonzo Bitter Bar se cocina la pasta al dente, cocida por fuera pero con una parte semicruda perceptible en su interior, respetando así el punto de cocción que permita apreciar la calidad del trigo y la técnica empleada en su elaboración.

Además, de este modo, se facilita la digestión y un mejor aprovechamiento de los carbohidratos.

Ejemplo de ello es una carta de recetas que incluyen pastas como paccheri all’amatriciana o spaghetti alla chitarra alle vongole; suculentas focaccias con mortadela de bologna al tartufo, uovo, fonduta di parmigiano e tartufo nero; o varias opciones de cotolletta, entre ellas la más conocida: alla milanesa.

Por supuesto, no podían faltar postres como los clásicos tiramisú, panna cotta o gianduia, acompañados por café frappé, mezclado en coctelera y servido con hielo pilé.

Todo ello maridado siempre con coctelería clásica, marca de la casa, y cuya carta ha elaborado Narcisco Bermejo. Este especialista en gastronomía líquida es el fundador de Macera Madrid y Macera Barcelona, además de ganar el premio Origin by Schweppes al mejor ‘gin tonic histórico y trabajar en varios estrellas Michelin o el mítico O’Clock.


Publicidad


En los fogones vuelven a confiar en los mejores. Mientras Nino Redruello -cocinero y propietario de varios los templos culinarios en Madrid como Fismuler y socio del poderoso Gurpo Tatel- asesora en Garbo y Allan Robles –director durante cinco años de 99 Sushi Bar, unos de los tres mejores asiáticos de España-  trabaja la carta de Ginger, para el hermano italiano se ha confiado en el chef Gianni Pinto, reconocido con un sol de la Guía Repsol y curtido en varios estrellas Michelin.

La terraza está en un lugar envidiado en el corazón de Zaragoza, en la emblemática Plaza de los Sitios / Gonzo Bitter Bar

La decoración del local cuenta de nuevo con el internacional Tarruella Trenchs Studio, ganador de premios como Best Bar in Europe o Conde de los Andes, y quien dicta los mandamientos de la elegancia en el interiorismo gastronómico como El Celler de Can Roca, Hotel OMM, Bar Tomate o Luzzi Bombón.

UN LUGAR QUE INSPIRA

El color verde de las paredes crea un interiorismo luminoso, muy fresco por el día pero envolvente e íntimo por la noche, donde se repiten como en Ginger y Garbo los bancos perimetrales y las grandes mesas de roble para compartir.

La barra está diseñada como dos grandes bloques de piedra ceppo di gres e inox satinado, con un gran mural detrás con estanterías de espejo y luz donde exhiben todas las referencias de licores a modo de escaparate, aportando gran vistosidad y profundidad al local.

Y para la noche, algunas paredes se convierten en lienzos donde proyectar instalaciones visuales que acompañan el espacio transformándolo en un ambiente más canalla de noche.


Publicidad


Este local cuenta además con un salón privado presidido por una gran mesa central de roble que se convierte en piano bar por la noche.

Todas las paredes acústicas tapizadas, el gran lucernario central y una divertida lámpara en neones, son los elementos que además acompañan esta singular experiencia.