El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convocará, esta próxima semana, la Conferencia de Presidentes para abordar la situación de la Covid-19 y reforzar la cogobernanza y la cooperación institucional, según ha anunciado la Secretaría de Estado de Comunicación.

La previsión es que sea el miércoles por la tarde, ya que ese día por la mañana y el siguiente varias comunidades aprueban sus cuentas. El Gobierno señala que no tiene encima de la mesa un nuevo estado de alarma ni medidas drásticas, sobre todo porque las hospitalizaciones no se están disparando pese al aumento de los contagios, aunque el presidente sí quiere debatir posibles restricciones y medidas coordinadas para evitar que la pandemia se descontrole.

España se encuentra desde este viernes en el máximo nivel de riesgo de transmisión tras alcanzar los 511 casos por 100.000 habitantes en 14 días, con la variante ómicron, que según todas las investigaciones científicas es mucho más transmisible ―aunque en principio parece que provoca cuadros más leves―, desplazando a un ritmo vertiginoso a la delta como la variante hegemónica. Los ingresos por covid en España casi se han triplicado en un mes, con 6.667 pacientes hospitalizados, que suponen el 5,3% de la ocupación en planta, de los que 1.306 están en UCI, lo que supone una ocupación del 14% de las plazas. 

El objetivo de la cumbre será abordar “la situación provocada por la covid y reforzar la cogobernanza y la cooperación institucional”, según La Moncloa, que por el momento se resiste a aprobar restricciones para el conjunto del país y ha delegado en las comunidades la gestión de la crisis. Desde La Moncloa señalan que no piensan en un nuevo estado de alarma o limitar el movimiento dentro del país, algo decisivo en plenas Navidades. El presidente, sin embargo, sí quiere buscar un consenso para acordar entre todos la forma de enfrentarse a esta nueva ola con algunas restricciones añadidas.

La última Conferencia de Presidentes fue la celebrada el pasado 30 de julio en Salamanca, que estuvo marcada principalmente por el plante a esa cita del presidente catalán, Pere Aragonés, y por las quejas de algunas comunidades autónomas, principalmente del PP, por el formato de esta reunión, criticando que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, incluyó tan solo dos puntos en el orden del día y que los mandatarios autonómicos dispusieran nada más que de cinco minutos para exponer sus planteamientos.