Quizá sea una de las preguntas más frecuentes formuladas en un despacho de abogados por cualquier persona que no tenga una cierta experiencia en los Tribunales.


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El Procurador o Procuradora es un licenciado en Derecho que, en el ámbito de un procedimiento judicial, representa al cliente ante el Juzgado. Todas las notificaciones que puedan generarse en cualquier proceso judicial son enviadas al Procurador, y además es también la persona de presenta los escritos preparados por el letrado.

La figura del Procurador no es necesaria en todos los casos o procesos así como en despidos, sanciones…, pero sí es imprescindible en los procesos civiles, penales, separaciones, divorcios, etc.

Muchas de las personas que actualmente se están enfrentando a la situación de un divorcio o separación, realmente no saben por qué resulta imprescindible la figura del Procurador, haciéndose la siguiente pregunta: ¿para qué sirve o se necesita un Procurador?

La figura del Procurador es de gran utilidad en un proceso de divorcio o separación en los que la rapidez juega un papel importantísimo. El procurado al igual que el abogado es licenciado en Derecho, pero cada uno tiene asignadas unas funciones muy específicas y diferenciadas:

El abogado es el encargado de la defensa del cliente. El Procurador es el encargado de la representación, además de ser colaborador de la Administración de justicia, colaborando en el mejor funcionamiento y agilidad del proceso.

Ante una situación de divorcio o separación, la figura del Procurador facilita la resolución del proceso ya que se encarga de diferentes asuntos que hacen sin duda alguna que tanto el desarrollo del proceso como el resultado se vean agilizados y ejecutados con competencias sin posibles errores.

El Procurador es el encargado de:

· Realizar la tramitación del procedimiento.
· Presentar todos los escritos.
· Realizar los traslados a las diferentes partes procesales.
· Efectuar las notificaciones.
· Se encarga del cómputo de los plazos.

El Procurador además de realizar el seguimiento de los escritos que presenta, mejora las deficiencias que pudiesen existir impidiendo el apropiado desarrollo del proceso. El Procurador habla por el interesado el lenguaje judicial.

Un proceso de divorcio o separación, generalmente ocasiona altas dosis de estrés, inquietud y angustia en la gran mayoría de los clientes. De ahí que la figura del Procurador en un divorcio sea una parte clave para poder comprender, empatizar y trasladar las necesidades a un lenguaje judicial.


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La tarea del Procurador como acompañante, escuchante, ofreciendo apoyo al cliente en estos momentos tan difíciles, en los que se está debatiendo algo tan importante como es la relación con los hijos, aspectos emocionales que afectan a todos los miembros de la familia, es importantísima.

El servicio de todo Procurador debe de ser de total complicidad y confianza, de servir de apoyo procesal a la abogada de familia mientras ésta actúa en defensa del cliente.

Es importante recalcar que sin la colaboración de la figura del Procurador, el normal funcionamiento del procedimiento se vería gravemente resentido y además resultaría imposible el cumplimiento de las garantías de la efectividad y defensa que impone la Constitución a la tutela judicial.