Los especialistas afirman que la moda de las rosas preservadas ha propiciado un aumento en la solicitud de este tipo de productos.

Los expertos en rosas eternas aseguran que deben diferenciarse las flores liofilizadas o sometidas a procesos de desecación, de las tratadas mediante procesos artesanales como los que dan lugar a las rosas preservadas de más calidad.


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En estos últimos casos, los procedimientos son mucho más complejos y más largos, por lo que el resultado final será mejor, así como el precio más elevado.

La flor se corta en todo su esplendor y se le somete a una solución con base de agua, estabilizadores, colorantes y glicerinas. La asociación de todas estas sustancias propicia una sustitución de los líquidos vitales de la planta, por lo que su aspecto no cambia.

Sin embargo, los expertos dejan claro que en todo el proceso han de participar solamente profesionales, pues se trata de un ámbito sujeto a trabajos poco delicados. Los profesionales que aman el arte de la conservación floral, saben de la importancia de regalar una rosa eterna, una rosa que permanezca como viva durante años. Por ello aseguran sobre la conveniencia de informarse sobre los proveedores de este tipo de flor tan de moda.


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Partes del proceso como el lavado de hojas, el secado, deben ser minuciosas y realizadas con todo cuidado para que la rosa dure cuanto más tiempo.

Los profesionales que se dedican a las flores preservadas, aseguran que el éxito de uno de estos productos radica en dos factores: su naturalidad y el tiempo que conserve esa naturalidad, cualidades no fáciles de lograr por cualquier persona.

Los artesanos de rosas preservadas afirman, además, que la conservación de la flor eterna por parte del propietario es muy fácil. Al igual que cualquier otro enser que desee protegerse de la suciedad o de los golpes, deberá preservarse mediante recientes o limpiezas de hojas en el caso de que permanezcan sin protección.


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Estabilizantes, glicerina, agua y pigmentos específicos, deben combinarse sabiamente para obtener una buena rosa preservada. Al menos, es lo que opinan especialistas dedicados a un ámbito que se encuentra a medio camino entre la botánica, la decoración y la floristería.

Los expertos afirman que las rosas preservadas son mejores que las desecadas o las liofilizadas, básicamente porque tienen un aspecto más natural y duran más tiempo con dicho aspecto.

Por otra parte, las rosas eternas están sometidas a un proceso artesanal que no se aplica en los otros métodos de preservación.

Todo empieza con el cultivo, pues como recuerdan los expertos, al fin y al cabo se trata de una rosa natural que debe ser cultivada en las mejores condiciones. Los artesanos florales saben cuándo y cómo cortar las unidades para que absorban mejor las sustancias que se les aplicarán.


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Los expertos aplican lavados y secados bajo protocolos muy estrictos, en condiciones higrométricas y ambientales óptimas. Es el proceso, la profesionalidad del material y los productos utilizados, dará como resultado un producto peor o mejor.

La naturalidad de las rosas eternas se consigue de forma que los pétalos, el color, el aspecto de naturalidad, ofrezcan una flor con un aspecto vivo.

Una buena rosa preservada no es barata, pues como se indica, el proceso artesanal para su consecución es muy exhaustivo. Los especialistas del sector recomiendan a los consumidores, que tomen datos cuando quieran obsequiar a sus seres queridos con una rosa preservada. Es importante que sepan diferenciar los tipos de tratamiento y que la profesionalidad de los artesanos esté fuera de toda duda.

Los propios profesionales aconsejan a los compradores sobre cómo deben conservarse las rosas preservadas, y, lo cierto es que aseguran que se trata de una de sus mayores ventajas, pues su mantenimiento resulta mínimo. No necesitan sol ni aire, solamente ser tratadas como uno de los objetos más delicados de la casa.