Resulta imposible no fijarse en cuánto ha cambiado la situación en el entorno laboral estos últimos meses: distanciamiento social de dos metros en el área de trabajo, el escalonado de horarios en caso de no ser posible mantener la distancia social, el uso de mascarillas barrera en casos en los que exista contacto con clientes, la ventilación periódica del área del trabajo o el mantenimiento de la temperatura del espacio laboral entre los 23º y los 26º son algunas de las medidas y recomendaciones que han quedado patentes en algunas áreas de trabajo.


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La situación del COVID-19 ha traído así reformas y remodelaciones de los diferentes planes de prevención de riesgos laborales con los que cada empresa contaba. Ha conllevado, también, el uso de diferentes artículos que, si bien existían, su uso estaba localizado a determinados sectores. Este es el caso de las máquinas expendedoras de material de EPIs, sistema que ha servido para proporcionar tanto a directivos como a trabajadores múltiples ventajas.

¿HAS OÍDO HABLAR DE MATERIAL PARA EPIs?

El material de EPIs se refiere al Equipo de Protección Individual y engloba todos aquellos artículos cuyo objetivo es proteger al individuo de determinados riesgos. Se trata de material utilizado de forma muy común en el sector industrial, donde equipos como gafas protectoras o guantes especiales son requeridos de forma diaria.

No obstante, todo sector puede requerir material EPIs o, al menos, puede ser recomendado. En una oficina, por ejemplo, pudiera ser necesario material EPIs con el objetivo de minimizar la contaminación acústica en caso de haberla: el uso de tapones para los oídos, en este caso, constituiría un uso de material de EPIS.

MÁQUINAS EXPENDEDORAS DE EPIS: PERSONALIZADAS Y CÓMODAS 

La frágil situación laboral actual, en la que los riesgos laborales han cambiado por complejo y son altos en cualquier área de trabajo, ha provocado que las empresas adopten medidas excepcionales que respondan a las necesidades de sus trabajadores.

A día de hoy es cada vez más común observar cómo diferentes empresas se decantan por el uso de máquinas expendedoras de EPIs, y es que las máquinas expendedoras han dejado de llamar la atención solamente para proporcionar bebidas y snacks.

La posibilidad de poder acceder al material requerido de forma tan cómoda, sin necesidad de acudir a ningún departamento en concreto o de abandonar la oficina, ha convertido esta opción en la elección más adecuada para muchos casos en los que existían preocupaciones y problemas del día a día como el control diario de stock o la necesidad de abandonar el puesto de trabajo si, por ejemplo, la mascarilla se rompía.

Una de las principales razones es la posibilidad de controlar el stock de forma sencilla, dado que normalmente este tipo de máquinas cuentan con un sistema informático que les permite realizar esta tarea de forma rápida y fiable.

Asimismo, la opción de que el trabajador no necesite acudir a un superior para obtener material de EPIs o que incluso no sea necesario abandonar el entorno laboral para conseguirlo facilita que el empleado no tenga que interrumpir su jornada laboral de forma abrupta, que tenga que cancelar determinados planes o que pueda, incluso, recibir una multa por no cumplir con la normativa establecida.

El contenido que la máquina expendedora ofrezca dependerá, como es lógico, de lo que la empresa decida tras un análisis de los posibles riesgos a los que los trabajadores se enfrentan de forma diaria en su entorno laboral. De esta manera, mientras una fábrica quizá contase con gafas protectoras, una oficina podría contar con tapones para los oídos.

UNA MEDIDA QUE VIENE PARA QUEDARSE

Si bien el uso de máquinas expendedoras de EPIs no es una nueva invención, su uso se ha extendido desde los sectores más industriales al resto de áreas de trabajo que, como decimos, han visto en esta medida una fórmula que contiene la respuesta a numerosos problemas de control de stock, economía del tiempo y de correcta atención a las necesidades de protección de sus trabajadores.  Así, nueva o no, parece que su uso ha llegado para quedarse, porque ¿a quién no le gusta que su empresa se preocupe por él?