A este Policía Nacional le gusta decir que es el «acompañante» de víctimas de violencia de género. «Tengo que protegerlas y evitar que sufran una victimización secundaria. Algunas no se sienten cómodas y cambian sus rutinas», explica justo después de decirnos que prefiere mantener el anonimato en esta entrevista que le hacemos para HOY ARAGÓN.

En abril del 2022 entró en funcionamiento el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Zaragoza y le preguntamos ¿Están aumentando el número de casos? «Llevo siete años en la UFAM, Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer, y no he percibido tanto un aumento de casos como que hay más denuncias. Esto es porque muchas han perdido el miedo, y ahora la víctima pone el límite mucho antes«, dice.

En el transcurso de esta entrevista nos dice que está con el teléfono móvil permanentemente por si tiene que atender alguna llamada y que podría dejar de atendernos. «Estamos activos siempre, con turnos como es normal, pero siempre al otro lado del hilo telefónico por si nos llaman«, asegura. 

Nos dice que no puede decirnos a cuántas mujeres protege, pero son muchas las que tienen la orden de alejamiento en vigor. «Incluso cuando acaba esa orden no les dejamos ahí. Yo sigo en contacto con mujeres que me han llamado meses después. Tenéis que entender que la persona que quiere dañarlas podría actuar después del fin de esa orden«, advierte este Policía Nacional.

«EL QUE QUIERE DAÑAR, SIEMPRE LO VA A INTENTAR»

«Yo no sé cómo se siente una víctima, pero si que sé que dudas tienen». Este policía «sombra» nos dice que se encuentra a víctimas bajas de moral y altas en defensas que necesitan confiar en alguien. «Hay una sentencia y una orden de alejamiento y después muchas me dicen ¿Y ahora qué? Y ahí es donde tenemos que estar. Algunas no se sienten cómodas y tengo que ganarme el sitio. Soy más un ser humano que un agente de policía, y esa es la clave«, admite.

Con todo, insiste en que hay que estar alerta, y que cuando se produce un quebrantamiento de la orden de alejamiento, rara vez es casual. «Si pasa hay que buscar un lugar con público, localizamos a la otra persona con la pulsera que llevan puesta en caso de orden de alejamiento. Ellas tienen la aplicación «AlertCops», y pueden escribir, mandar fotos en tiempo real, hablar con el 091…», relata. 

«¿Me he visto en situaciones difíciles? Si, pero por suerte han acabado bien. El que quiere hacer daño lo va a intentar, pero hacerlo ya es más complicado«, explica. «Puede ser que esté en casa sola y llame con miedo diciendo que lo ha visto… Buscamos al autor en paralelo y muchas veces concluyes que se trata del recuerdo de la situación violenta en su casa, y por eso se bloquea».

Es consciente también que hay algunas parejas que acaban volviendo con su presunto agresor. «Vuelven sobre todo por temas económicos. Conozco casos, pero yo no lo recomiendo. Aunque se hayan sometido a tratamiento y se vean recuperados, puede ser que sea así, pero siempre hay un poso. Con ellas también seguimos en contacto y saben que nos pueden llamar si notan algo y, de hecho, lo hacen», sentencia.