«Es un interno extremadamente agresivo con el que no queda otra que tener muchas precauciones», dicen las fuentes consultadas por HOY ARAGÓN y cercanas a la prisión de Estremera, en la que actualmente se encuentra Norbert Feher.

Un hombre, añaden estas mismas fuentes desde la prisión madrileña, que está en contra de todo y se imagina que todos están contra él. Feher es tristemente recordado en Aragón por el triple crimen de Andorra de Teruel, donde tiroteó hasta la muerte a dos guardias civiles y un ganadero en 2017.

Seis años después su actuación para con todo lo que le rodea siempre el pánico entre aquellos que tienen que velar por su seguridad. «No estás tranquilo y vives en una tensión permanente», dice otra fuente consultada por este diario digital.

Hace tan solo unos días hirió a un funcionario provocándole una herida sangrante de más de 7 centímetros cuando estaba siendo reducido tras negarse a salir de su celda. «¡Venid aquí; os mataré uno a uno!», amenaza a sus vigilantes.

Esa tarde tenía que salir a declarar por videoconferencia en una habitación habilitada por mandato judicial. El motivo, otra agresión a un funcionario de la cárcel de Dueñas, en Palencia. Se preparó a conciencia, con revistas y periódicos debajo de su ropa a modo de protección ante la necesaria acción de los funcionarios que no tienen otro remedio que entrar a por él.

«Parece tenerlo muy pensado. Buscar un escenario idóneo para poder atacar y herir a aquellos que velan por su seguridad. No creo que sea nada personal con los funcionarios de prisiones; simplemente son objetivo porque es a las únicas personas que ve y con las que trata», argumentan desde Estremera.

Tiene tiempo y lo invierte en pensar cómo puedo generar más daño. Por eso, además de protegerse, prepara armas que él mismo fabrica con todo lo que puede tener a su alcance. «El suelo de las celdas es de hormigón, pero si que es cierto que hay otras zonas que con construcción están recubiertas con otros elementos, por ejemplo azulejos. Feher los arranca y afila», relatan.

Algunas de las armas fabricadas por los presos más peligrosos similares a las que usó Feher / Foto cedida a H.A.

CALCETINES Y HUESOS DE CHULETAS DE CERDO

«Si me preguntas si existe el mal, la maldad personificada, te digo que sí, y que está encarnada en Norbert Feher. Un hombre que podría matarte a sangre fría sin tener ningún tipo de remordimiento», le describen.

Y esa maldad de la que hablan está muy identificada en lo que utiliza para hacer daño. Porque una vez que afila los azulejos utiliza sus calcetines como empuñadura para agarrarlos y manejarlos mejor. «Hay quien usa un cristal roto y no lo prepara de ninguna manera sino que directamente intenta agredirte con él. Pero el hecho de elaborar así un arma implica otras cosas», dicen desde la cárcel madrileña.

Los funcionarios entraron y dentro de un reducido espacio consiguieron, tras una pelea intensa y después de herir, como ya hemos comentado, a un funcionario, ponerle las esposas. «Después se revisa la celda para ver si hay algún otro objeto prohibido. En ese momento se encontró algo espeluznante», cuentan no sin cierta inquietud.

Lo que hallaron los guardias de prisión fue un hueso de carne que habría consumido días antes y que tenía perfectamente afilado. «Tal vez de una chuleta de cerdo. La suerte, entre comillas, es que como llevaba ya dos azulejos a modo de cuchillos en sus manos, no pudo usar este hueso que clavado en un cuello por ejemplo, podría ser mortal», aseguran.

Dos heridos en los últimos días. Esta es la realidad que viven aquellos que se enfrentan con protecciones, un casco, una porra flexible y un escudo a un convicto que siembra el miedo cada vez que tiene que ser trasladado o acompañado a alguna declaración. Al final no pudo realizarse esta videoconferencia por motivos técnicos. Habrá que conectarse de nuevo y otra vez tendrán que sacar a Feher de su celda, de donde no saldrá por decisión propia. «Cuando vuelves a casa lo haces con el miedo de haber vivido una situación de riesgo y preguntándote si todo esto merece la pena», explican desde el penal de Madrid.