Gaby Jurquina Martinez nos confiesa que llora cada día por la impotencia que siente al no poder trabajar de lo que ha estudiado toda su vida, de lo que le gusta. «Llevo 20 años ejerciendo de médico; gran parte de mi vida dedicada a atender y curar a los demás», se sincera esta doctora argentina. Esto sucede en un contexto donde la falta de sanitarios en la sanidad pública aragonesa crece cada día y sin que parezca haber un remedio a corto plazo.

Esta médico residente en la comunidad aragonesa a HOY ARAGÓN que llegó a España hace unos meses huyendo de un país que describe como «destruido» y donde no tenía futuro. «Vendí mi coche, mi casa, dejé mi trabajo y como mi abuelo era español decidí venirme aquí», relata Jurquina.

Para ello solicitó tiempo antes un permiso para ejercer su profesión en España.. “ Presenté mis papeles en agosto de 2020. en 2019, antes de la pandemia, salió en el Boletín Oficial del Estado que en seis meses salía la homologación. Nunca se cumplió. Y en octubre del 22 sale otro BOE diciendo lo mismo, seis meses, y que incorporaban 60 funcionarios para agilizarlo. La cuestión es que los cerca de 10.000 en Espana que lo pedimos antes de 2022 no estamos ejerciendo todavía”,critica esta médico titulada.

Y es que durante este tiempo de espera no ha podido trabajar en nada que tenga que ver con el sector sanitario. «Yo no podría pedir los papeles para homologarme ahora porque tengo que haber trabajado de médico los dos últimos años, y no he podido hacerlo. Por eso mismo, no me los darían«, dice.

Cuenta Gaby que como ella hay varios médicos en la provincia de Huesca y Zaragoza que se encuentran en este limbo administrativo, sin que el Ministerio de Universidades del Gobierno de España les de una solución.

Han volcado su frustración en redes y ahora piden más visibilidad. «Ahora trabajo en un ‘call center’, mientras tengo mi título guardado en un  cajón», explica.

«ESTAMOS CON LOS BRAZOS CRUZADOS»

Se da la circunstancia de que el país está sumido en una crisis sanitaria por la falta de profesionales que obliga a retrasar las citas médicas durante semanas. «Leo que hay gente que espera semanas ante la incertidumbre de una prueba o un análisis clínico. O con dolencias que nadie puede diagnosticar. Mientras tanto muchos como yo estamos así, trabajando en donde podemos, y con los brazos cruzados», se reivindica.

«Este malestar de los compañeros en España se podría paliar, en parte, si nos homologasen las titulaciones para poder trabajar desde mañana mismo», insiste Jurquina.

Una médico que se marchó de su país en busca de un futuro y se ha encontrado parada en el tiempo, en una situación que le hace sufrir a diario. «Podría haber ido a Italia o Francia, donde tienen un decreto que dice que en tres meses ya puedes ejercer tu profesión. Pero decidí venirme a España por mis raíces, por mi abuelo, porque quería que, desde donde estuviese, se sintiese orgullosa de mi», añade esta sanitaria que lleva desde que llegó a nuestro país con el título guardado en un cajón.