Hace pocos días, la unidad de la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO) de la Policía Local sorprendía en el número cinco de la calle Cadena en Zaragoza a un grupo de 20 personas que se habían reunido, persiana bajada, en un local de ambiente latino para celebrar una fiesta al margen de las recomendaciones sanitarias.


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“Los fines de semana no paramos… Vamos de un servicio a otro; no hemos dejado de entrar en locales y sorprender a gente que estaba de fiesta sin distancia social y sin mascarillas”, explica un experto en seguridad que prefiere mantener el anonimato.

No ha sido el único local de la capital aragonesa en el que los agentes han sorprendido a jóvenes disfrutando al margen de las normas sanitarias. “Ellos quedan por las redes sociales y se reúnen sin importantes que les localices o la sanción a la que tengan que hacer frente”, comenta.

“CIERRAS UN LOCAL Y ABREN OTRO”

Los organizadores de estas fiestas en plena fase dos en Zaragoza, donde se prohíbe la apertura de locales nocturnos, son conscientes que la actual legislación requiere un tiempo y conocen perfectamente los plazos legales.

“Nosotros tenemos sólo unidades en Zaragoza que se aplican más al papeleo para agilizar las sanciones de la cantidad de multas que imponemos estos días”, dice.

Este agente apunta a más de una veintena de locales sancionados por incumplir la normativa sanitaria cada fin de semana. “Les sancionas con una multa mínima de 3.000 euros pero en el mayor de los casos se declaran insolventes”, asegura.


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Estos promotores de fiestas ‘ocultas’ están asesorados, explica esta fuente vinculada a las fuerzas de seguridad, por gestores que les explican los plazos que tienen y cómo pueden ralentizar la sanción o el cierre del local.

“En cuanto cierras el local por acumulación de sanciones o por incumplir la norma ellos ya tienen localizado otro para abrirlo y convocar a sus clientes el siguiente fin de semana”, afirma.