No es la primera vez que las iniciales J.R.P. se leían en una nota de prensa de la Policía Nacional. En este caso, el presunto ladrón, de 50 años de edad y con un historial delictivo amplio, batió su propio «récord». Eligió un domingo y una franja horaria, entre las 14:00 y las 20:00 horas, para cometer cuatro delitos violentos cuya finalidad eran los bolsos de mujeres mayores de 70 años y con diversas discapacidades visibles. 


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Su escalada de robos siempre comenzaban con una vigilancia previa, en zonas concurridas y calles muy transitadas. En la calle o en el mismo portal al que entraba o salía la víctima. El primer robo fue cometido sobre las 14 horas en la Avenida San José. En esta primera ocasión abordó a una mujer de 72 años con prótesis en ambas piernas. «¡Dame tu bolso!» Le dijo sin mediar más palabra. Al negarse la mujer, agarró fuerte de su brazo tirándola al suelo y arrastrándola por el portal hasta que consiguió quitárselo. Salió a la carrera sin reparar en cómo había quedado la mujer, en ese momento herida en el suelo.

Pasaron horas hasta que este ladrón violento y con antecedentes diera señales de vida. Lo hacía cinco horas después a poco más de kilómetro y medio de donde había dejado a la primera víctima tras robarle el bolso. En el centro de Zaragoza, calle Canfranc, utilizaba el mismo ‘modus operandi’. 

Su siguiente víctima, una mujer de 88 años

En su segundo atraco violento en apenas seis horas buscó una víctima todavía más indefensa que la primera. Esta vez la mujer, de 88 años y con demencia senil, que también se resistió en el portal a que el ladrón, 38 años más joven que ella, le quitara el bolso.

Mientras esta segunda víctima era trasladada en ambulancia a un centro hospitalario de la ciudad, el presunto ladrón atacaba de nuevo. Esta vez no esperó tanto tiempo entre uno y otro delito. Tan solo 15 minutos después, en la calle Juan Pablo Bonet, a quince minutos andando del lugar de su anterior robo, y con el contenido de valor de dos bolsos ya en su poder, atacó presuntamente a una mujer de 72 años, esta vez en plena calle, sin que ésta apenas pudiese defenderse o intentar zafarse del ladrón.

Confiado tras los tres asaltos y siendo todavía a plena luz del día, el presunto ladrón no quiso pasar el día sin intentarlo una vez más. La nueva víctima, otra mujer, más mayor que la anterior, de 77 años. Solo a ocho minutos andando del atraco anterior, en la calle Arzobispo Morcillo, lo volvió a hacer. De aquellos robos salió impune durante cuatro días. El jueves de la semana siguiente, En la Avenida Cesar Augusto, J.R.P era detenido por la Policía Nacional tras ser ‘cazado’ por el vigilante de seguridad mientras robaba varios productos de un supermercado. «Es el mismo», concluyeron los agentes refiriéndose a los robos a ancianas cuatro días antes.

Podría tratarse, además, del mismo hombre que hace ya unos años, cuando tenía 42, forzaba 17 taquillas del vestuario femenino de un centro hospitalario, sustrayendo varios efectos de su interior y ocasionando unos daños valorados en más de 500 euros. También se le relaciona con otros delitos que poco o nada tienen que ver con el de robo como, por ejemplo, conducir ebrio. Los agentes lo ponían a disposición del Juez Instructor de guardia que decretaba su ingreso inmediato en prisión. Se le acusa de reincidencia y de cometer estos robos con violencia, dejando heridas de diversa consideración a cuatro mujeres indefensas.