No quiere darnos su nombre porque en su trabajo, cuanto más pase desapercibido, mejor. Lo cierto es que este Policía Nacional, tras 12 años al frente del Grupo de Robos de la Brigada de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Aragón lleva más de 200 detenciones en su haber.

Esto quiere decir que es el Grupo de Robos que más ladrones detiene en proporción con la ciudad donde trabaja de toda España. «No todo el mundo quiere estar en robos. Es muy sacrificado y requiere mucho, mucho tiempo, paciencia y esfuerzo», nos cuenta.

Esto podrían decir de cada unidad policial pero si que es cierto que aquí hay mucha vocación y una clave principal, ponerse en la piel del delincuente para conocerle mejor. Moverse como ellos se mueven. Saber distinguirlo en plena calle y no caer en sus trampas.

«Son escurridizos y muy desconfiados. Llegan, roban y se van. Solemos ponerles seguimiento cuando entran pero pueden dar esquinazo al más avispado», relata este Policía Nacional. Lo que en el argot policial se conoce como ‘Rabos’, pero los ‘malos’ también lo saben. «Conducen dando varias vueltas a las rotondas o entrando en calles sin salida para, al dar la vuelta, ver si nos encuentran de frente», cuenta. Y cuando van andando por la calle suelen ir dos delante y uno más rezagado. «Es el que vigila, se cruza de acera, de pronto se para… Se meten en centros comerciales o tiendas con grandes escaparates para mirar a través de ellos y ver si nos detectan», añade.

Imagen de los diferentes métodos que utilizan para abrir cerraduras con las conocidas como «llaves mágicas» / PN

Habla sobre todo de bandas de georgianos, antiguos militares y ex KGB. O de cubanos o colombianos que también están activos en Zaragoza. Incluso de bandas femeninas como suelen ser los croatas. «En grupos criminales de Europa del Este no verás apenas mezclas entre países; son todos del mismo. En sudamericanos, sí», matiza el Jefe del Grupos de Robos.

Solo han tenido un herido en las últimas detenciones de estos grupos expecializados en robos en viviendas, y eso que han sido diez en los últimos meses. «Pasó con algunos más jóvenes que se resistieron hace unos días a ser detenidos, pero lo normal es que sean de mediana edad y no se resistan, ni lleven armas ni se enfrenten a nosotros», dice.

Se hospedan en hoteles o apartamentos; algunos han sido detenidos robando en bicicleta o haciendo running. «Si la hora no nos cuadra, aunque sea una mujer que pasee a un perro, hay que sospechar. Es más fácil que pase desapercibido un runner que un hombre mirando y hablando por el teléfono móvil», argumenta.

Algunos de los objetos robados y posteriormente incautados por la Policía Nacional en Zaragoza / PN

Entran en un bloque de viviendas después de un vecino y suben a ver los pisos. «Se orientan por el tipo de cerradura y llaman a su compinche abajo. Éste llama a los pisos que le han dicho para ver si hay alguien dentro», explica este policía. «Estoy buscando a un chico rumano…», suelen decir. Si nadie contesta avisan a sus compañeros y entran. «Los de Europa del Este, joyas y dinero. Los latinoamericanos y sudamericanos si van más a móviles, tablets, ordenadores…», sentencia.

EL ROBO DE LAS LOMAS CON LA FAMILIA DENTRO

Policía Nacional y Guardia Civil mantienen fluidas vías de comunicación y hace poco que trataron un caso que conmocionó a la opinión pública aragonesa y que publicó HOY ARAGÓN. El de un grupo organizado que saltó la valla de una casa de Las Lomas, una urbanización en Zuera y retuvo a la familia mientras les amenazada y agredía pidiéndoles dinero y joyas. «Creemos que es un hecho puntual que si es cierto que llama la atención por su violencia. No es normal porque suelen evitar a los inquilinos y huyen si notan su presencia».

Podría tratarse de un grupo itinerante, como lo son casi todo los que se dedican al robo en casas. «Ya no volverán», insiste. La Guardia Civil ya estudia el suceso para localizar y detener a los presuntos culpables del robo con violencia. Mientras, en esta unidad de la Policía Nacional, siguen a lo suyo. Colaborar, escuchar, seguir y detener.

«Y para lo que lean esto atentos a las cerraduras. Nos gastamos un dinero en móviles y casi nada en proteger nuestra casa. Lo que les dificulta su trabajo es una garantía para que no entren en nuestra casa. Evitan el ruido y reducen el tiempo. si se lo ponemos difícil, mejor que mejor», insiste en un mensaje que cuesta que llegue a la gente pero necesario para evitar este tipo de robos. «Nosotros seguiremos haciendo nuestro trabajo lo mejor que sepamos y pedimos a la gente que tome conciencia de que están al acecho y tienen que ver que no les va a resultar nada fácil», añade haciendo un llamamiento para  la protección de nuestros hogares.