Algo cambió en el barrio zaragozano de San José tras una mañana de marzo de 2021. Aquel día la Policía Nacional entraba en varias viviendas de este barrio zaragozano que se había convertido en un hervidero por las continuas acciones violentas de bandas juveniles, especialmente una de origen latino, los ‘Dominican Don’t Play’.

Descabezaron la banda deteniendo a 14 de sus miembros, entre ellos su líder en Zaragoza, Steven Guarionex Vázquez, conocido como Biwan. Pasaron los meses y la delincuencia fluctuó y las bandas empezaron a rearmarse actuando en otros barrios.

Momento de la detención de Biwan en el barrio de San José, donde la policía encontró armas y droga /H.A.

Otro operativo policial, esta vez en Delicias, en la sala Garden, casi un año después, con más de 600 identificados, supuso también un gran palo a las bandas juveniles. Se trataba de poner cara a los posibles sucesores de los líderes detenidos, y la Policía Nacional lo hizo.

A partir de aquí se trataba de tener controladas a estas bandas y estudiar su evolución, además de combatir la delincuencia común. Históricamente, dos de los barrios más castigados de Zaragoza han sido Delicias y San Pablo. El primero, uno de los más poblados y diversos de la capital aragonesa, lleva años en lo más alto del ranking. El segundo, sigue teniendo el problema de la ocupación y esos pisos ocupados se han convertido en el germen de delincuencia que se extiende por el centro cada fin de semana.

Incidente con varios okupas en San Pablo que se encaramaron a la azotea y tiraron tejas y otros objetos a vecinos y a agentes de Policía Nacional / H.A.

La Asociación Plataforma de Vecinos El Gancho- Pignatelli no se cansa de insistir en la necesidad de expropiar a los bancos estos bloques para echar a los delincuentes. Más de una decena de bloques en Pignatelli, Zamoray, Boggiero… Calles muy concretas en entornos muy determinados donde vienen compradores de droga y donde se llevan los móviles robados en otras zonas para enviarlos al Magreb africano para piezas o reventa.

El Gancho resiste y ya hay tres bloques que han sido cerrados o derribados tras sufrir incendios. Pero eso no quita para que sigan actuando las bandas juveniles, a pesar, dice la policía, de que ya no se sienten como en casa. ¿Y Delicias? La mayor parte de denuncias que reciben en su comisaria de barrio es por estafas, sí, por fraudes online.

Los robos con violencia en sus calles más comerciales, dice la portavoz de Policía Nacional en Zaragoza, la inspectora Gambón, han bajado, y la delincuencia, en general también. «Si que es cierto que casi todos los casos de violencia de género y doméstica se dan en este barrio. La densidad de población y la interculturalidad son factores que influyen. Y en el caso de la violencia doméstica, la mayoría de los casos los protagonizan mujeres«, explica la inspectora Gambón.

Los hurtos, que se limitaban a calles comerciales del barrio como la calle Delicias también han venido a menos y varios de los ‘narco pisos’ situados en determinadas zonas del barrio y muy denunciados por sus vecinos también han cerrado fruto de las últimas operaciones policiales anti droga de la comisaria de Delicias. De hecho, hace tan solo un mes quedaba desmantelada una red de tráfico que tenía como tapadera una conocida peluquería del barrio. El mayor alijo de cocaína incautado por Policía Nacional en Aragón, explicaban los mandos en una rueda de prensa. Por un lado quiere decir que Delicias sigue siendo refugio de delincuentes, por otro, que ya no se sienten tan cómodos, insisten desde Policía Nacional.

DELITOS DE SANGRE

Los delitos de sangre son otro de los aspectos que más preocupan a la policía. Precisamente Delicias ha sido protagonista en un último mes de febrero especialmente violento. Con apenas 20 días de diferencia se producía un apuñalamiento en plena calle y un homicidio en una vivienda de dicho barrio en el que una mujer era detenida. La víctima, su pareja, fallecía como consecuencia de las heridas.

A pesar de estos hechos, el índice de delitos, lejos de aumentar en estas zonas de la capital, ha disminuido, según fuentes policiales. «Ahora está todo más extendido, a pesar de que seguimos vigilantes en las zonas más conflictivas como son históricamente estos barrios», dice Gambón. Los robos de bandas itinerantes en viviendas de barrios como Montecanal, San José o Miralbueno son también objeto de atención policial. «Y por supuesto esas bandas de las que hemos hablado. Los que roban móviles a la salida de zonas de ocio o cerca de centros comerciales. Muchos son menores y tratamos de tenerlos identificados para reducir su campo de acción», asegura la inspectora Gambón.

Alerta, sí, pero ya no se focaliza tanto porque considera la policía que la vigilancia es constante y la labor preventiva eficaz. Los vecinos seguirán reclamando seguridad ya que insisten en que los que pasan las 24 horas allí son ellos, así como los que sufren la delincuencia puntual.