«Es una vieja conocida de la policía«; muchas veces hemos oído frases como ésta, la última hace tan solo unos días. Decía que estaba embarazada y necesitaba ir al servicio. Una vez allí aprovechaba para robar de la zona de taquillas o del almacén carteras, teléfonos móviles, y otros efectos personales de los trabajadores del establecimiento.

Los agentes del Grupo de Hurtos de la Brigada de la Policía Judicial de la Jefatura Superior de Aragón ya la habían detenido el pasado 12 de marzo como autora de más de 10 delitos de hurto. No empezó entonces a delinquir, ya que los agentes explicaron que a esta mujer de 34 años les constaban cerca de una veintena de antecedentes policiales por hechos similares.

Cambiaba de zona en la capital aragonesa ya que siempre utilizaba el mismo método, hasta que hace unos días, una dependienta de uno de los comercios víctimas de estos robos la siguió y se enfrentó a ella. La Policía, alertada por esta discusión, detuvo a la presunta ladrona, sobre la que recáen, en esta última detención, cerca de 15 delitos de hurto en tan solo 10 días.

DETENIDA Y PUESTA EN LIBERTAD

Fuentes cercanas a estos hechos advierten que si esta mujer queda de nuevo en libertad volverá a robar y lo único que podrá variar de sus detenciones anteriores es el ‘modus operandi’, con el objetivo de alargar en el tiempo sus delitos, consciente de que tarde o temprano será de nuevo detenida.

Algo que no parece importar a este tipo de delincuentes comunes y demasiado conocidos por sus víctimas y por las propias Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Los artículos 234 y 236 del Código Penal hablan del hurto como este delito de sustracción de bienes ajenos «sin que medie fuerza en las cosas ni intimidación en las personas». En el hurto básico, si lo robado no supera los 400 euros, se establece una pena de prisión de 6 a 18 meses.

Si es leve o inferior a esos 400 euros, la pena será de multa y su el robo se da el objetos de valor artístico, en bienes de primera necesidad si causa una situación de desabastecimiento, de material que afecte a comunicaciones o infraestructuras como el cobre, o productos agro-ganaderos que se roben en una granja, la pena será de 1 a 3 años de cárcel.

Existen luego otros matices, pero en términos generales, hablaríamos en el peor de los casos para el delincuente, de 3 años de cárcel, dependiendo de los antecedentes que tenga. De momento, esta mujer está en prisión tras ser puesta a disposición del juez de Instrucción que estaba de guardia que fue quién decretó su ingreso penitenciario. Algo que esta presunta delincuente ya vivió hace menos de un mes, y entonces quedó en libertad tras permanecer menos de una semana en la cárcel de Zuera.