Madrid, Barcelona, Levante o incluso La Rioja, donde hay un asentamiento muy importante de albaneses con antecedentes delictivos, explican fuentes de Policía Nacional a HOY ARAGÓN. Son los lugares desde donde vienen las bandas especializadas en robos con fuerza.

Zaragoza no suele ser una ciudad donde se produzcan demasiados robos en viviendas pero hay temporadas, como en ésta en la que nos encontramos, en la que la estadística, a pesar de ser baja, sube exponencialmente. No hay un ‘modus operandi’ concreto pero si un organigrama y el sello del clan.

Por ejemplo, dicen las mismas fuentes policiales, el clan croata que incluye mujeres es muy ‘cuidadosa’ a la hora de buscar su botín. «Incluso se dan casos en los que desaparecen además de joyas y dinero, que es su principal objetivo, prendas de ropa u objetos más personales. Hay que tener en cuenta que el jefe de estos clanes reparte poco dinero entre los que cometen los robos; algunas en este caso deciden coger cosas por su cuenta», argumentan.

Los grupos serbios son más agresivos. Desmantelan toda la casa buscando que quieren encontrar hasta que dan con ello. «Pero ordenadores o móviles no; los clanes especialistas saben que tienen localizadores y pueden ser rastreados y detenidos».

Solo un 1% de las casas en las que entran están vigiladas. El resto, es decir, la gran mayoría, lo hacen al azar. «Ponen marcas con plásticos o pegamento, o, por ejemplo, entre semana, llaman a los timbres con la excusa de dejar un paquete o preguntar por alguien», dice la Policía Nacional de Zaragoza. Si hay algo que quieren dejar claro es el hecho de desmotar un mito incierto. «Lo de las cruces en las casas o marcas de pintura o llaves es una leyenda urbana. Una invención que no se realiza nunca», advierten.

Los ‘sembradores’ ponen las marcas en la vivienda, el miembro más preciado del grupo, el que abre la cerradura, se encarga de franquear el paso. «Éste abre y se va. No se arriesgan nunca a que su valor más preciado sea detenido. Son expertos en abrir cualquier tipo de cerradura», insisten fuentes policiales.

Después entran dos o tres que son los que se encargan de buscar el material a robar. Éstos lo bajan y se lo dan a otros que son los que ‘colocan’ la mercancía. Y así sucesivamente, variando en cada caso la manera de ejecutar sus robos con fuerza. «Los hay que desvalijan todos los pisos de un mismo bloque, y los que van a piso por bloque. La clave para estos grupos de delincuentes son el tiempo y el ruido, el primero el menor posible y el segundo, que sea imperceptible».

CONSEGUIR QUE NO LO VEAN CLARO

La clave para impedir que entren en nuestra casa es hacerles ver que no les va a resultar nada fácil. «Si pones dos cerraduras, mejor que una. O si las pones anti-bumping, anti-roturas; es una manera de persuadirles. Lo ven más complicado y van a por otra. No se pueden permitir hacer más ruido del deseado»

A veces, dice la Policía Nacional, se han equivocado de vivienda y han encontrado a alguien allí. «Jamás se han enfrentado. Lo primero que hacen es salir huyendo. Saben que dar el salto al robo con violencia e intimidación implica mucho más. Van a ir a prisión preventiva casi con toda seguridad», advierten estas fuentes policiales.

La policía insiste en tener un vecino que se pasee si no estamos, que riegue las plantas. No dejar las persianas completamente bajadas o si el piso es un primero, no dejar nada abierto al exterior para evitar el robo con escalo. «Se las saben todas y debemos ser muy cautos. Irnos de vacaciones, por supuesto, pero con una noción básica de protegernos. No es lo que nos roben sino que ves vulnerada tu intimidad, el lugar donde vives con tu familia, donde se supone que estás tranquilo y sin pensar que alguien puede entrar», añaden.