Hace casi un año, la zona de Gran Vía se sumió en el pesimismo gastronómico. Y es que, tal y como publicó este periódico, el Bar Marly cerraba sus puertas para siempre. Su dueño, desde hacía décadas, ponía fin al negocio por jubilación. Toda una vida dedicada al frito se terminaba.

Sin embargo, su esencia histórica revive de la mano de otros propietarios. Desde hace pocos días, el Bar Marly ha reabierto con el mismo nombre, su mismo estilo y con más ganas que nunca por seguir siendo una referencia del frito en Zaragoza.


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Los nuevos dueños han realizado una inversión importante para acondicionar el establecimiento. «Pretendemos diferenciarnos con buenos niveles de calidad», dice Jesús, uno de los socios del establecimiento. Eso sí, el promotor de este nuevo establecimiento apunta a que, a su vez, «queremos mantener la misma esencia de antaño. El nombre y el letrero de la calle será el mismo».

La filosofía del ‘nuevo’ Marly es mantener lo mismo del ‘antiguo’ pero con cambios gastronómicos que hagan más atractivo el establecimiento. Jesús, uno de los socios, explica que en estos primeros días de la reapertura están con overbooking.

El Bar Marly huele igual. Tiene un aire renovado pero aporta el costumbrismo español de codo en barra junto a una larga muestra de pinchos, fritos y sabrosos vinagrillos. El ‘nuevo’ Marly está pletórico como un adolescente. Esperemos que reviva con fuerza. Y que sea igual de Marlylloso que siempre.