Una vez más, y van dos en menos de un año, un pequeño pueblo de apenas 3.000 habitantes ha salido a la calle a condenar el asesinato de otra de sus vecinas víctima de la violencia de género. Carmen Rincón moría a los 80 años a manos de su marido, de 83, en el piso en el que ambos vivían desde hace años en la calle San Miguel, en Zaragoza.


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Sin hijos, y con un hermano con vida de los dos que tiene, sin embargo serán muchos los que la despidan el mismo día en el que España celebra la Lotería de Navidad. A las 16:30 horas, cuando algunos estén celebrando que les ha tocado el Gordo o alguno de los otros premios, en Cortes de Navarra estarán de nuevo de luto, recordando a una mujer que, como dicen los vecinos y asociaciones de la localidad navarra, ya no estará estas navidades.

Dentro de unos días, concretamente el 8 de enero de 2023, saldrán de nuevo a la calle para recordar a otra mujer, Sara Pina Yeregui. Tenía 38 años cuando fue brutalmente asesinada por su pareja, convirtiéndose en la primera víctima de violencia de género en España de este 2022 que ya acaba.

La Plataforma ‘Luchamos por Sara’ ha convocado a los vecinos a las 12:00 para recordar a Sara y pedir que la justicia que el proceso judicial contra su asesino «no se dilate en el tiempo e impida así cerrar la herida abierta a familiares y amigos».

Dos mujeres que se encontraron con la muerte de una manera atroz. Una en Zaragoza, y la otra en Tudela, pero ambas nacidas en un pueblo navarro que hoy de nuevo llora otra pérdida por culpa de la violencia de género.

SE HA NEGADO A DECLARAR

Asistido por un abogado particular, Antonio G. K., pareja de Carmen y su asesino confeso, a pesar de buscar a una patrulla de Policía Nacional para contarles, como ya adelantó HOY ARAGÓN, que había matado a su mujer con un martillo la tarde noche del día anterior, prefirió no contar nada en la Comisaría del Actur.

Será el juez quien determine si debe o no entrar en prisión. Se da la circunstancia de que el agresor tiene ya 83 años lo que, al contrario de lo que muchos podrían pensar, no le exime de responsabilizarse penalmente de sus actos. No existe una edad máxima, aunque si que el artículo 91.1 del Código Penal habla de la posibilidad de suspensión de la ejecución de la pena para ciertos casos, como personas mayores de 70 años o con enfermedades graves.

En estos casos se tiene en cuenta la aptitud del preso en prisión de cara a concederle permisos con antelación mayor a la que se concedería a cualquier otro condenado. Sus antecedentes o comportamiento tendrán mucho que ver. Pero para llegar al tercer grado y obtener permisos tendría que cumplir una parte considerable de la pena. Hablamos de una condena que podría superar los 20 años. 


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Tendrá que decidir su señoría si Antonio entra preventivo en prisión y a partir de ahí el juicio, y la condena. Para entonces puede pasar más de un año, como en el caso de Sara, algo que muchos critican y que, como explican los amigos de Sara, impide cerrar las heridas.