En el año 1.200 estaba establecida en Zaragoza una comunidad de religiosos llamados de la Penitencia de la Penitencia de Jesús. Fue el germen de lo que hoy se conoce, casi 8 siglos después como la Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia.
«Somos cerca de medio centenar», explica José Ignacio Giménez Baratech, Presidente de la Hermandad, quien hace un llamamiento aprovechando la entrevista con HOY ARAGÓN. «Necesitamos sabia nueva, gente joven que vaya a tomarnos el relevo a los que llevamos ya un tiempo», insiste.
Y es que, en el caso de Ignacio, han pasado ya 34 años desde que a los 25 ingresara en la Hermandad como Hermano Receptor. «Como aspirante puedes entrar a partir de los 18 y como Hermano Receptor a los 25. Yo entre a los 25 como aspirante y a los 26 conseguí que me admitiesen como Hermano Receptor», recuerda Giménez Baratech.
Organizadores de la Procesión del Viernes Santo, custodia del Cristo de la Cama y Procesión General del Santo Entierro, el origen de los cortejos procesionales en la ciudad de Zaragoza. Data del año 1617 y es la procesión más antigua de la ciudad y el acto más multitudinario de la Semana Santa en Zaragoza.
«Queremos y creo que hemos conseguido estar más cerca de la sociedad zaragozana, que no nos vean como esos hombres de negro», reconoce el presidente de la Hermandad, que insiste solicitar nuevas incorporaciones pero que al mismo tiempo nos da una exclusiva.
«Tenéis que saber que por primera vez que yo tenga conocimiento tenemos lista de espera para entrar como aspirantes a la Hermandad. en su mayoría, gente joven», anuncia Baratech. «Pero esto no quita para que sigamos pidiendo implicación a la sociedad para que esta Hermandad siga cumpliendo siglos», añade.
MÁS DE 500 SERVICIOS ANUALES
Si la Sangre de Cristo es conocida en la capital aragonesa es por el servicio que hacen a la ciudad de recogida de cadáveres, ganado por derecho a comienzos del siglo XVII y que en 2009 consiguió el apoyo suficiente para que no fuese privatizado. «Hacemos turnos semanales de 24 horas diarias. Cada hermano se responsabiliza y acude cuando es necesario. Es parte de lo que pedimos en esta Hermandad, cercanía y también compromiso e implicación», dice su Presidente.
«La labor de recogida de cadáveres ya solo la realizamos como Hermandad nosotros en todo el territorio nacional. Es un privilegio y una tradición de casi siete siglos que hemos ido enseñando y trasladando de generación en generación», se sincera Giménez Baratech.
«Muchas veces cuando en Semana Santa estás en la Iglesia de San Cayetano custodiando el Cristo de la Cama o procesionando en viernes santo oyes que alguien le dice a otro: ¡Mira, ese fue el que recogió a mi padre o mi madre cuando falleció! Es un privilegio que hacemos con mucho respeto y vocación y para el que faltan manos en un futuro», insiste en su demanda intentando llegar a una sociedad, admite, que les tiene mucho cariño y respeto.