Esperaron a que disfrutase de su primera cena, incluso de su primera noche en una prisión que ya conocía por anteriores ingresos. Esta vez entraba con lo que los funcionarios denominan un «delito duro», la presunta violación de una niña de tan solo 8 años.

A partir de ahí todo se fue de las manos. «Ya sabían que entraba; lo vieron en la tele y leyeron en prensa los detalles del delito que le había traído de nuevo a prisión», explican fuentes cercanas a estos hechos. Al día siguiente, en el desayuno, sin mediar palabra, se abalanzaron sobre él y empezaron a propinarle patadas y puñetazos. «Ya pasó hace años con dos internos que habían abusado de varias niñas pequeñas. Casi los matan». Esta vez los duros golpes sin control llevaban el mismo camino. La víctima, de 49 años, se protegía en una esquina pero los golpes eran, según describen los presentes, de una dureza y rabia fuera de lo normal.

La víctima salió gracias a un funcionario que intentó mediar y lo sacó de allí. «Sabes que está por un delito malo. Eres padre y lo sabes, pero también somos profesionales y nos debemos a nuestro trabajo», explican desde el sindicato de funcionarios ‘TAMPM’, ‘Tu Abandono Me Puede Matar’.

El preso fue trasladado de inmediato a la enfermería. Aún cuando estaba escapando de la agresión le insultaban, con frases como «te vamos a matar violador de m.», o «No mereces vivir». Hacía tiempo que esta situación tan agresiva no se veía en una cárcel española. «Si que es cierto que los presos tienen su código y los delitos de abusos a menores o mujeres son muy mal mirados dentro». Ahora lo tuvieron claro y no dudaron en atacar para hacer mucho daño.

De hecho, en el módulo 4 donde estaban internos otros dos presos solicitaron ampararse en la ley penitenciaria 75.2, o ley de ‘resguardo’. «Dos presos con similares delitos la pidieron en el acto. Se trata de solicitar el derecho a no salir prácticamente de la celda; estar allí y salir tan solo 2 horas al día al patio como mucho», explican desde el ‘TAMPM’.

ALERTA EN LAS CÁRCELES ARAGONESAS

Explican desde el entorno penitenciario español que en otras ocasiones se han dado algunos casos similares aunque no tan graves. «Puede hacer réplicas en otros centros. En el caso de Zuera o Daroca hay que estar prevenidos. Estas noticias vuelan y los presos, aunque estén privados de libertad, tienen derecho a la información», explican desde este sindicato de funcionarios de prisiones.

Por eso los funcionarios, ante un hecho así y tan reciente, van más prevenidos, están más alerta y sobre todo saben que este tipo de delincuentes están en módulos alejados de posibles problemas. «Este preso agredido no saldrá del módulo de ingresos. Probablemente pida traslado, quizá vaya a Zuera», explican desde la misma fuente penitenciaria.

En las cárceles aragonesas, un porcentaje cada vez más elevado de internos lo están por delitos de índole sexual. El último, un joven de 25 años que abusó presuntamente de una chica menor de edad en el exterior de una discoteca zaragozana. Hace tan solo tres meses, un hombre fue condenado por delitos de abusos a menores, pedofilia y corrupción. Tenía en su poder gran cantidad de material pornográfico. «Ellos saben que pueden ser objetivo; no están bien mirados. Se aíslan o les aíslan, pero de ahí a una agresión como la de Pamplona…», añaden estas mismas fuentes a HOY ARAGÓN.