Sucedió un viernes de octubre de madrugada , como relata a HOY ARAGÓN la protagonista de esta historia que prefiere mantener el anonimato. “Me desperté en el sofá con la tele encendida; era tarde y me metí en la cama. Lo siguiente que recuerdo es notar un ruido y ver la sombra de una persona a 20 centímetros de mi cara”, recuerda todavía con el susto en el cuerpo.


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En vez de quedarse inmóvil, esta vecina de la calle Pignatelli de Zaragoza se levantó y empezó a recriminar gritando al intruso. “¡Qué haces aquí! ¡Vete de mi casa! Le seguí hasta la cocina y como vi que había más luz me detuve porque no quería verle la cara”, reconoce. Pensó esta vecina, según explica, que si le veía la cara, al sentirse reconocido, podría haber reaccionado de manera violenta. “Agaché la vista porque temí que me diese una paliza”, explica.

Un hombre, según relata esta víctima, de unos 170 centímetros de altura y complexión normal, que en ningún momento dijo ninguna palabra y que tras verse descubierto saltó por el balcón y huyó. “Llamé y la policía llegó muy pronto. Me dijeron que podrían ser tres que utilizaban una manta para llevarse lo que robaban”, dice esta víctima.

“LO ANORMAL AQUÍ ES NORMAL”

El ‘Spiderman’ ladrón podría estar grabado ya que hay cámaras en la zona del portal que podrían haberle captado y que la policía está investigando.

Según el relato de la dueña de esta vivienda, no es la primera vez que sucede. A mi vecino del segundo también le entraron. Estoy seguro que saben que estamos dentro y aún y todo entran. Se llevaron mi ordenador, el móvil, dinero, en total unos 2.500 euros”, reconoce.

El asaltante podría haber utilizado un contenedor para apoyarse y saltar al interior de la vivienda de esta mujer que reconoce se dejó la ventana abierta. “Nunca lo hago porque sabía que esto había pasado en otros pisos. De hecho cuando vine a vivir aquí hace 14 años vi con mis ojos como saltaban y entraban en otra casa”, recuerda.


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Insiste esta vecina de una zona conflictiva, según explica, en el centro de la ciudad, que el hecho de ver a personas subirse a contenedores para entrar en casas es algo más común en esta calle de lo que parece.

“Lo anormal aquí es normal; son cosas que te llaman tanto la atención que no te lo crees hasta que acabas siendo víctima”, apunta.

Han pasado 15 días y no sabe todavía nada del asaltante ni de los objetos robados. “Doy por hecho que no recuperaré nada. Eso si el susto lo llevo en el cuerpo y todavía me despierto viéndolo en mi habitación”.