Zaragoza está inmersa en un proyecto que hará de la ciudad la primera del mundo en eliminar el cien por cien de los residuos. Se trata de la puesta en marcha de una nueva planta, complementaria al actual Complejo de Tratamiento de Residuos (CTRUZ), donde todos los restos de basura que actualmente no se recuperan y acaban en el vertedero se transformarán en elementos tan valiosos como hidrógeno y metanol.

El proyecto, que fue presentado la semana pasada, es un paso más hacia el sueño de que Zaragoza sea una ciudad ‘cero residuos’. Un sueño que cada día se vuelve más realidad con inversiones como ésta, a la que el Ayuntamiento destina 280 millones de euros. Las empresas Urbaser, OMNI y Abacus & Partners colaboran con el Consistorio en este ambicioso plan que consiste en construir una refinería de vanguardia, con capacidad para tratar las 150.000 toneladas de residuos no reciclables que anualmente se depositan en el vertedero controlado del CTRUZ. En las nuevas instalaciones se podrán producir 66.000 toneladas al año de metanol, y se ahorrarán emisiones de cerca de 100.000 toneladas anuales de CO2eq (el equivalente a un bosque de 580.000 árboles).

El nuevo proyecto se sumará de manera complementaria al proyecto Circular Biocarbon, en el que Urbaser sigue avanzando de la mano de socios de once países distintos y que cuenta con un presupuesto de 15 millones de euros financiados por la Unión Europea.

La planta del CTRUZ, una de las más avanzadas de Europa, es una pieza clave en el objetivo de que Zaragoza sea una de las 100 Ciudades Climáticamente Neutras en 2030. De hecho, la ciudad está entre las que más porcentaje del global de sus residuos recupera: el 53%. Pero el objetivo que ahora se plantea es mucho más ambicioso y consiste en que el cien por cien de la basura se recupere, bien sea reutilizando materiales o generando energía, como hasta ahora, o transformando esos restos, especialmente los no reciclables, en moléculas tan valiosas como el metanol y el hidrógeno.

Se cierra por completo el círculo de la gestión de los residuos, evitándose el vertido o incineración de las fracciones no reciclables. Además, se alcanza el objetivo de Residuo Cero y se contribuye a la realidad práctica de la economía circular de la ciudad, y todo ello sin emisiones de CO2. «Supondría la cuadratura del círculo en materia de sostenibilidad y de economía circular», ha declarado Natalia Chueca, consejera de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Zaragoza. «Desde el primer minuto de nuestra gestión, no sólo en mi área sino de manera transversal en todo el Ayuntamiento, se ha apostado por la sostenibilidad medioambiental como uno de los objetivos irrenunciables de cara al futuro próximo. A los proyectos en marcha relacionados con la movilidad, el medio ambiente o la energía se suma ahora éste –ha explicado- que convertiría a Zaragoza en la primera ciudad europea capaz de recuperar y valorizar absolutamente todos sus residuos, sin generar huella de carbono y, además, obteniendo a cambio una rentabilidad económica».

Además, este proyecto supone un gran ahorro económico a largo plazo, ya que la actual normativa obliga a las administraciones a pagar importantes cantidades por cada tonelada que acaba en el vertedero. «La inversión necesaria quedaría ampliamente amortizada por ese ahorro y por la venta del hidrógeno y del metanol obtenido», ha apuntado Chueca.

El proyecto de la nueva planta de tratamiento de residuos se va a materializar en dos fases y se espera que la primera línea de tratamiento de la Refinería de Residuos entre en funcionamiento en el último trimestre de 2026, momento desde el cual el flujo de residuos enviados a vertedero se reducirá a la mitad.

La primera fase, prevista hasta 2028 y con un presupuesto de 188,1 millones de euros, incluye la construcción, pruebas y entrada en explotación de la Refinería de Residuos no Reciclables. El núcleo lo constituye el sistema OMNI200 de conversión del residuo en gas de síntesis (un gas formado básicamente por hidrógeno y monóxido de carbono (H2 y CO). Se prevé que la segunda línea entre en funcionamiento en 2028 y, con ello, no sólo se estará muy cerca de alcanzar el objetivo de Residuo Cero, sino que se evitarán nuevas emisiones de metano en el depósito controlado, con un efecto equivalente a una disminución anual de cerca 90.000 toneladas anuales de CO2eq (las que disminuiría un bosque de más de 500.000 árboles).

Para la segunda fase del proyecto, que se desarrollaría entre 2028 y 2030, hay destinados 91,4 millones de euros. El objetivo de esta parte final es convertir a Zaragoza en un hub de producción de hidrógeno verde de origen electrolítico, fabricado a partir de la energía renovable generada en la zona. Para ello, la Refinería de Residuos necesitará casi 14.000 toneladas de H2 verde para fabricar otras 70.000 de E-metanol a partir del CO2 capturado en su proceso. Con la entrada en funcionamiento de esta fase, todo el metanol producido tendrá una huella de carbono ‘cero’, cumpliendo con el objetivo de cero emisiones netas.

La inversión total del proyecto será de unos 280 millones de euros y se autofinanciará con la venta del metanol obtenido en la planta a industrias químicas para su conversión en plásticos y otros productos. También se podrá contar con fondos europeos para la inversión inicial procedentes de varios programas directos de la Comisión Europea, que ayudan a los proyectos innovadores y a los proyectos que reducen la huella de carbono o de economía circular.

Cuando el proyecto esté en funcionamiento en su totalidad, en 2030, Zaragoza se convertirá en la primera ciudad del mundo con cero residuos al vertedero y cero emisiones por la gestión de sus residuos. Todo ello sin costes adicionales a los actuales.