¿Quién dijo que el otoño era triste? La llegada de esta estación es una sinfonía de colores conforme nuestra geografía se transforma para mostrar esa oda de marrones, amarillos, naranjas y dorados que la naturaleza nos ofrece en esta época del año. Gracias a las especies de hoja caducifolia, las hojas van cambiando de color ante la próxima llegada del invierno para ofrecernos ese espectáculo en las zonas habitadas por hayas, chopos, arces o abedules.


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En Aragón por suerte tenemos un sinfín de paisajes en los que el otoño se presenta con fuerza ofreciendo estampas únicas. Así que hoy hemos hecho una selección con 4 lugares para perderse, disfrutar de la magia de esta estación, y de paso, hacer una escapada romántica por nuestra amplia y variada geografía.

VALLE DE ORDESA

Ordesa Pirineo

Ordesa nos ofrece una sinfonía de color en otoño / Pixabay

Visitar el Valle de Ordesa es una auténtica maravilla en cualquier momento del año. Pero cuando pasan los meses del verano y las mareas de visitantes desaparecen, es el mejor momento para adentrarse en estos parajes icónicos de nuestra naturaleza. Porque al llegar esta época, y antes de que lleguen las primeras nieves, Ordesa se transforma con una auténtica explosión de color que todo lo tiñe.

Teniendo de base Torla, y desde la pradera donde se sitúa el aparcamiento, puedes ascender el río Arazas hasta la Cola de Caballo disfrutando de este paisaje natural que no te dejará indiferente. Desde Torla también puedes adentrarte en el cañón de Añisclo, otro valle en el que merece la pena perderse reconectar con la naturaleza y dejarse sorprender por los colores otoñales que pueblan esta zona del Pirineo Aragonés.

SELVA DE OZA

Selva de Oza

La combinación de agua y colores otoñales es espectacular / selvadeoza.com

Sin abandonar el Pirineo, nos encaminamos hacia la Selva de Oza. Tras pasar muy cerca del Monasterio de San de la Peña, este enclave del Valle de Hecho situado dentro del Parque Natural de los Valles Occidentales es otra de esas zonas para no perderse el esplendor de los colores otoñales. Lo de llamarla selva, o selba en aragonés, no es para nada una exageración.

Esta masa de hayas y abetos es más que un bosque. Y en esta época del año, la visita se vuelve imprescindible si quieres soñar despierto gracias a la luz que se filtra a través de las hojas que dan forma a ese festival de rojos, amarillos y naranjas. El camino que atraviesa el valle de Guarrinza hasta los meandros de Aguas Tuertas es de lo más aconsejable si quieres sacar fotones.

EL HAYEDO DE LUESIA

Otoño en Aragón

El Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo cambia su color en esta época del año/ Red Natural de Aragón

Además de Ordesa y Oza, el Pirineo está lleno de bosques por los que merece la pena perderse en plan escapada romántica. Pero en el resto de la geografía aragonesa también rincones que merece la pena conocer. Un buen ejemplo es el Hayedo de Luesia. Este hayedo situado en la comarca zaragozana de las Cinco Villas está dentro del Paisaje Protegido de la Sierra de Santo Domingo.

El hayedo existe gracias al microclima con características mediterráneas aunque con influencias atlánticas. Luesia, conocido popularmente por el Pozo Pigalo (una de las pozas más famosas de la Comunidad para bañarse en verano), es también una preciosa villa medieval de estrechas y sinuosas calles con monumentos como el castillo, la iglesia de San Salvador que invita a pasear y perderse por su entramado urbano.

LAS CHOPERAS DEL ALTO ALFAMBRA

Chopos del Alto Alfambra

Los chopos cambian el paisaje de este rincón de Teruel / Los Chopos del Alto Alfambra

En Teruel, fijamos nuestro radar para disfrutar del otoño en la Ruta de los Chopos Cabeceros de Alfambra.  Esta especie, famosa por reproducir el rumor del agua cuando se ven azotados por el viento, cobran una belleza especial en otoño cuando las hojas de estos árboles que destacan por su altura, pierden su color verde para transformarse en un mar de naranjas, amarillos y marrones.


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La ruta de los chopos Cabeceros del Alfambra se extiende desde Gúdar a Val de Mortorritas, pudiendo también disfrutar de esta especie de grandes dimensiones que puebla las riberas de los ríos Alfambra, Jiloca y Pancrudo. Como dato, algunos de estos chopos forman parte de las listas de árboles singulares de Aragón. Y además, muy cerca podrás disfrutar de pueblos como Galve, Gúdar, Alluepiz, Cedrillas o Ababuj.