La reconversión de los quioscos del Parque Grande que impulsó el Ayuntamiento de Zaragoza, tras años en declive y con las concesiones caducadas, está ya cerca de ver la luz. De los seis quioscos que están en proceso de transformación, cinco de ellos fueron adjudicados al Grupo Fuenclara, una compañía hostelera que cuenta con un gran número de establecimientos por toda la ciudad. El Grupo Fuenclara es un grupo empresarial con 100% de capital aragonés y que cuenta con experiencia en el sector de la hostelería desde el año 1996. A día de hoy tiene quince establecimientos abiertos en la ciudad de Zaragoza bajo las marcas: Tagliatella, Ribs, Sibuya, Café Espresso y Pans & Company.

De todos los quioscos que serán renovados en pocos meses, hay uno de ellos que ya puede contemplarse su estructura y qué negocio albergará. Será el restaurante Tagliatella, un concepto de franquicia que explota la sociedad Martipan Aragón S.L.U, dentro del Grupo Fuenclara. Su ubicación estará en la entrada emblemática del Parque Grande José Antonio Labordeta, en el paseo Manuel Azaña, enfrente de la histórica y querida estación del tren de recreo del citado parque. Por el momento, no ha trascendido detalles sobre la fecha de su apertura.

El resto de ubicaciones con quiosco donde el grupo Fuenclara desarrollará su labor hostelera será la avenida de los Bearneses, el Rincón de Goya, río Huerva, el Cabezo de Buenavista y el Jardín de la Rosaleda.

La inversión prevista para estos nuevos quioscos es de 4 millones de euros en los cinco lotes adjudicados, que generarán más de 100 empleos. Estos cinco establecimientos supondrán una renovación completa de la oferta gastronómica del parque no solo en los productos ofertados, sino en la estética de los kioscos, que dará un nuevo aire de modernidad y diseño al parque más emblemático de la ciudad.

Pero esta renovación va más allá de la imagen y también afecta, para mejor, al servicio. En el caso de los establecimientos del Parque Grande, además de tener cocina para poder funcionar como restaurante, deberán contar con una programación cultural con conciertos y otras actividades.

El Ayuntamiento de Zaragoza destaca que los procedimientos son públicos y que cualquier empresa puede concurrir en igualdad de condiciones. «En algunos casos se presentaron varios licitadores y los quioscos se los quedaba la mejor oferta económica. El proceso es transparente y sigue todos los controles de legalidad y contratación», comentan fuentes municipales.