Ir a Sevilla siempre es una buena idea. Suena a tópico, pero la capital andaluza nunca deja de sorprender. A sus atractivos y a su ambiente de siempre, se junta la celebración de eventos de primer nivel que refuerzan su imagen a nivel mundial, como el desfile de Dior en la plaza de España, o la gala de los Grammy Latinos en noviembre de este mismo mismo.

Para los aragoneses, visitar Sevilla es una opción muy cómoda gracias a la existencia de la línea del AVE. En algo más de cinco horas, podemos plantarnos a orillas del Guadalquivir para vivir toda la magia de esta ciudad que atrapa sin remedio a cuantos la visitan por su oferta cultural e histórica, por sus propuestas gastronómicas, y por supuesto, por la calidez de sus gentes.

QUÉ VER EN SEVILLA

La iglesia del Salvador, punto de referencia del barroco sevillano / Hoy Aragón

Sevilla es una ciudad muy manejable. Sin cuestas, y con un entramado urbano que invita a pasear. Así que lo mejor es caminar, caminar y caminar, y perderse y callejear por sus calles para disfrutar del ambiente y la arquitectura de la ciudad, dejándose sorprender por las mil y una iglesias que salpican la ciudad.

Para empezar, y si tenemos como destino preferente la catedral de Sevilla, podemos pasear desde el punto de la mañana por su casco histórico, haciendo un alto en una de las plazas más bonitas y características de la ciudad, la plaza del Salvador. Y allí, además de tomarse una cañita a medio día, es imprescindible entrar en la iglesia del mismo nombre.

Este templo tiene su origen en la mezquita Omeya del siglo IX. Y visitar su interior, barroco puro, es una experiencia religiosa creas o no creas, gracias a esos retablos que te envuelven y que elevan el arte a la enésima potencia. Merece la pena sentarse en sus bancos y disfrutar con detenimiento del barroco sevillano.

La Giralda, dominando airosa la ciudad / Henrique Ferreira – Unsplash

Desde allí, podemos dirigirnos a visitar la catedral (en la iglesia del Salvador venden la entrada conjunta para ver tanto este templo como la catedral sevillana), una fantasía arquitectónica de bóvedas góticas, y que es famosa especialmente por su patio de los Naranjos, y por la Giralda, su espectacular torre campanario.

Por el entorno de la catedral, piérdete por el barrio de Santa Cruz y por la judería sevillana, quizás la zona más pintoresca de la ciudad. En esta zona, no hay que perderse la plaza de Doña Elvira, lugar mítico que aparece en docenas de coplas, repleta de azulejos y naranjos donde estuvo el corral en que representó sus primeras comedias Lope de Rueda. Por aquí también se encuentran los Jardines de Murillo, y la plaza de los Venerables donde, según la tradición, nació Don Juan Tenorio.

Junto a la catedral, tampoco puede faltar la visita a los Reales Alcázares, un conjunto amurallado mudéjar conformado por palacios y jardines que muestran el esplendor de la capital hispalense a lo largo de la historia, y que es otro de los imprescindibles en nuestra visita. Y no hay que olvidarse de otro lugar mítico en la capital andaluza: el Hotel Alfonso XIII.

El mural cerámico que representa a Zaragoza en la plaza de España / HOY ARAGÓN

La plaza de España es otro de los puntos en los que hay que fijar el foco. Fue construida y diseñada por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, y entre los múltiples eventos que ha acogido, ha aparecido en películas como Star Wars. Y aquí, nuestra Comunidad está muy representada, busca la Puerta de Aragón (situada a un lado del edificio central), el puente de Aragón (donde puede verse la cuatribarrada de forma repetida), y los bancos de las provincias aragonesas.

La plaza está recubierta de bancos de cerámica que representan un acontecimiento histórico de cada provincia española, junto con escudos, mapas y símbolos, y Zaragoza, Huesca y Teruel, también están presentes. En los edificios también hay bustos adosados a las fachadas de personajes históricos, entre los que podemos encontrar a Francisco de Goya o al rey aragonés Jaime I El Conquistador.

La plaza de España se abre al Parque de María Luisa, un parque histórico inaugurado en 1914 por el que merece la pena perderse para pasear entre fuentes, estanques y elementos de cerámica. Desde allí, atravesando parque y disfrutando de sus zonas de sus paseos arbolados y de la sombra que proporcionan, podemos dirigir nuestros pasos hacia el río Guadalquivir. Podemos recorrer su orilla hacia la Torre del Oro, para fotografiar una de las estampas más representativas de la ciudad, La torre se levantó en 1220 para defender el puerto, y como torre avanzada de la muralla del Alcázar. Desde allí, podemos acercarnos hasta la plaza de toros de la Maestranza; en su museo hay una importante colección de pinturas y estampas taurinas, incluyendo doce grabados de Goya.

Si tienes tiempo, o si te quedas algún día más, puedes profundizar un poco más, y conocer la Casa de Pilatos (un palacio renacentista realmente espectacular), el Palacio de las Dueñas, propiedad de la Casa de Alba, el Museo de Bellas Artes, repleto de obras de pintores como Murillo, Velázquez o Zurbarán, y la basílica de la Macarena.

Al otro lado del río, podemos adentrarnos en Triana, un barrio que se extiende desde la Cartuja al norte hasta el barrio de los Remedios al sur, cuna de toreros y artistas, y que destaca por sus negocios de azulejos sevillanos o por sus propuestas gastro. Allí, hay que visitar lugares como la Plaza del Altozano, (quizás el lugar más emblemático del barrio y entrada desde el puente de Triana), el mercado de Triana, la capillita del Carmen, el Centro Cerámica Triana, o la calle Betis, un paseo ribereño de coloridos edificios, ideal para tomarse algo en una terraza, y disfrutar de las vistas de monumentos como la Torre del Oro o la Plaza de Toros de La Maestranza.

Para conocer algún rincón más escondido y alejado del turisteo, nada mejor que recurrir a gente de la zona. En este caso, el interiorista Alejandro Cateto, aconseja visitar templos como la iglesia de los Remedios, o Santa María la Blanca, con el techo barroco más espectacular que vas a poder ver en Sevilla.

Este interiorista también recomienda visitar plazas recoletas como la plaza del Cabildo, o la plaza de Santa Marta, «una placita muy pequeña, con una cruz en el centro, a la que se entra por un callejoncito muy pequeño. Cuando entras en la plaza, dejas de escuchar el bullicio de fuera, y al volverte, miras para para arriba, ves un campanario pequeñito, y detrás la Giralda. Es una foto súper bonita de Sevilla», explica a HOY ARAGÓN.

DÓNDE COMER

La oferta gastronómica es amplia y variada en Sevilla. Para comer comida sevillana, nada mejor que acercarse hasta la bodeguita Antonio Romero (Antonio Díaz, 19), donde es obligatorio tomar piripís (recordad que en Zaragoza podéis tomarlos en La Casa de la Marimorena). Un zaragozano asentado en Sevilla, Óscar Álvarez, conocido en Instagram como el Real Infantado de Santafé, también nos recomienda acercarnos por Casa Ricardo (Hernán Cortés, 2), «un bar cófrade, con ambiente cófrade, muy de la ciudad», donde hay que probar las croquetas sí o sí.

El Rinconcillo (Gerona,40), uno de los locales más antiguos de Sevilla, también es parada obligatoria para conocer la Sevilla de toda la vida. Y siguiendo con las raciones, tapas y tablas de embutidos, también podemos visitar Las Columnas de Santa cruz (Rodrigo Caro, 1). En Casa Román (plaza de los Venerables, 1), podrás encontrar el que dicen que es el mejor jamón de Sevilla. 

Si prefieres restaurantes, también los hay de todos los tipos y precios. Desde el estrella Michelin Cañabota (Orfila, 1), donde podrás ver cocinar en directo, y comer a la carta o con menú degustación. hasta Casa Ozama (avenida de la Borbolla, 59). Este restaurante está situado en una villa modernista de 1912 del barrio del Porvenir, y es ideal para comer o cenar, o para tomar uno de sus cócteles de autor.

Este restaurante es ideal para comer o tomar unas copas / Casa Ozama

Sr. Cangrejo (calle Harinas, 21), es otra de las direcciones que deberías apuntar. Premio al mejor restaurante revelación 2023, este local moderno con toques de alta cocina tiene al producto de proximidad y la estacionalidad como grandes protagonistas. Salsamento (Jerónimo Hernández, 19) es una tienda de ultramarinos que es un bar, o un bar que es una tienda de ultramarinos, con productos provenientes de España y Portugal.

No te pierdas tampoco Martirio Bar (Gustavo Bacarisas, 1), un lugar que mezcla buena comida y un proyecto de arquitectura reseñable, y Alfarería 21 (Alfarería 21), un restaurante de lo más interesante porque está situado en la antigua fábrica de Cerámicas Montalbán.

Este restaurante está ubicado en una antigua fábrica de cerámicas / Alfarería 21

Si buscas algún sitio para tomar café, hay direcciones como la cafetería Gallito y Galleta (calle Amador de los Ríos, 56), o en plan castizo, la cafetería Catunambu (calle Sierpes, 10), donde ponen el que para muchos es el mejor café de Sevilla, acompañado de churros y picatostes hechos a la manera de siempre. Y ya que hablamos de dulces, nada mejor que acercarse a la pastelería por antonomasia de la ciudad, La Campana (calle Sierpes, 1). También puedes acercarte por Mr. Cake (Feria, 17,) donde hacen tartas sencillamente deliciosas, o a la Dulcería Manu Jara (Calle Pureza, 5, y Club de El Gourmet de El Corte Inglés de la Plaza del Duque).

Aún así, si buscas dulces ricos de verdad, Óscar Álvarez nos recomienda acercarse a probar las creaciones que se elaboran en conventos como el de Madre de Dios, Santa María de Jesús, o Santa Inés. Dulces realmente espectaculares hechos con mimo y a la manera de siempre.

Para tomar una copa, nos quedamos con Naked and Famous (calle Argote de Molina, 21), una coctelería diseñada por el estudio Kresta Design en una casa patio sevillana cerca de la catedral, o con el Hotel EME (calle de Alemanes, 27), que dispone de una terraza con vistas a la catedral de Sevilla.

DÓNDE DOMIR: HOTEL CASA PALACIO DON RAMÓN

Este hotel muestra una Sevilla que se reinventa y moderniza, pero sin renunciar a sus tradiciones / Hotel Don Ramón

La oferta para dormir en Sevilla es amplia y variada, pero el sitio de moda desde que abrió hace unas semanas es el hotel Casa Palacio Don Ramón. Un hotel que te transmite mimo, elegancia y pasión por lo artesano desde el momento en el que atraviesas sus puertas gracias al aroma a azahar que te rodea y abraza. La artesanía y el placer por los pequeños detalles campan a sus anchas en este hotel situado en en pleno centro de la ciudad, en una antigua casa palaciega restaurada al detalle que muestra una Sevilla que se reinventa y moderniza, pero sin renunciar a sus tradiciones. El palacete, situado en la calle Trajano, fue sede de la Cámara Agraria de Sevilla desde los años 60.

El hotel pertenece al grupo Kaizen Hoteles, y durante la rehabilitación, han conservado elementos originales como el mosaico de San Isidro del patio del restaurante, la vidriera de la Cámara Agraria Provincial de Sevilla, o la barandilla de la gran escalera y la balaustrada que comunica con la primera planta. 

El Limón acoge el restaurante/cafetería del hotel / Don Ramón

El hotel hace gala del auténtico lujo, ese lujo prácticamente desaparecido en Europa, frente a la corriente minimalista y neutra que inunda el interiorismo hostelero. El interiorismo del hotel lleva la firma de la interiorista Alejandra Pombo, con piezas decorativas y mobiliario de diseño a medida y en exclusiva.

En el edificio destacan los dos patios, el de El Limón, donde se encuentra el restaurante dirigido por el cocinero sevillano Carlos García, y el de Los Naranjos. Disfrutar de una comida en El Limón, escuchando el sonido cantarín del agua, es una auténtica delicia. Los platos, o el desayuno buffet servido en mesa, va emplatado en vajilla de La Cartuja. Solo por eso, merece la pena pasarse por allí y deleitarse para comer, cenar, o para tomarse un café.

El restaurante El Limón, productos de cercanía y sabores de siempre con un toque de modernidad / Don Ramón

La artesanía tiene un papel fundamental en este hotel. Desde el suelo empedrado, colocado a mano por un artesano, a la rejería que separa la recepción del patio, o los tapices, azulejería, la carpintería de muebles y puertas, o las  lámparas modernas que recuerdan a los clásicos faroles andalusíes. Todo diseñado y fabricado por artesanos locales.

Elementos que ayudan a transmitir la esencia de la capital andaluza, pero actualizada y sin caer en los clichés estéticos habituales. También destaca la presencia de Testas di Moro, las populares cabezas sicilianas, de distintos tamaños y llenas de flores frescas, repartidas por las zonas comunes del hotel dando un toque más espectacular si cabe.

Habitaciones repletas de detalles y de artesanía / Don Ramón

Las 26 habitaciones del hotel están tematizadas en tres estilos: Árabe, Mozárabe y Nuevo Mundo, cada una con un estilo decorativo diferente. Todas cuentan con mobiliario personalizados, obras de arte y artesanía local para garantizar su máxima personalización, en ambientes en los que destacan las paredes arabescas, los azulejos, los baños cerámicos o los muebles con bellas florituras.

Y para asegurar el descanso, los huéspedes pueden elegir entre diferentes tipos de almohadas, mientras que el colchón es de la empresa aragonesa Pikolín. Un colchón que te abraza, cómodo y mullido para que duermas como nunca, envuelto en suave ropa de cama de algodón egipcio, y sin escuchar ni un ruido. Porque aunque por el exterior pasen coches, o procesiones en Semana Santa, los cerramientos han sido diseñados para aislar por completo cada habitación con el fin de que nada pueda alterar el suelo. Y en los baños, diseñados hasta el más mínimo detalle y con un bañeras de las que no apetece salir, se puede elegir entre diferentes marcas de amenities para que la experiencia sea redonda.

DÓNDE IR DE COMPRAS

Junto al edificio plateresco del Ayuntamiento sale la calle Sierpes, epicentro comercial de la ciudad. Entre la plaza de San Francisco y la de Campana se acumulan las principales cadenas y franquicias comerciales, aunque todavía hay presencia en la zona de bares y tiendas de toda la vida.

Las testa di moro, protagonistas de esta tienda /El Patio de la Loza

Pero si buscas algo diferente, nada mejor que acercarse por la zona de la Encarnación, en torno a las Setas. Allí encontrarás direcciones como El Patio de la Loza (calle José Gestoso, 18), una encantadora tienda decorada por el interiorista Alejandro Cateto en la que hay loza portuguesa, cristalerías, candelabros… y por supuesto, las testas di moro que arrasan en decoración.

Hablando de cabezas, también puedes conocer The Exvotos (calle Castellar, 33). Luciano Galán y Daniel Maldonado forman un dúo de artistas andaluces que fusionan las diferentes disciplinas aprendidas en las escuelas de arte. A través de sus viajes de formación, a Venecia, Luciano y a Lisboa, Daniel, decidieron unirse y establecer su propio estudio, inspirándose en los históricos exvotos, una ofrenda a los dioses y santos que se han realizado en todas las civilizaciones.

Otras direcciones interesantes son Orangerie ( Correduría, 5), un encantador taller de flores que reúne botánica, arte, moda, arquitectura,.. Mascaraqueespalda (Don Alonso el Sabio, 8,), el espacio de una artista y galerista es otro imprescindible, junto a Nonna’s Vintage (calle Feria, 10), con productos joya y lencería muy especial.