Ha estado de misión en Afganistán, Kosovo, Bosnia, Haití o Nepal pero si tuviese que elegir destino lo tendría claro. El Subteniente del Ejército de Tierra, José Pardos, viajará por segunda vez consecutiva a la Isla Decepción el próximo mes de enero.


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“Esta campaña antártica es única; vamos a un sitio espectacular donde aprendemos a convivir con la naturaleza”, explica.

Allí viajan 13 elegidos, cuatro de ellos aragoneses, que llevan meses preparándose para vivir en una isla volcánica que está en constante evolución. Este año es especial porque se van en medio de una pandemia mundial y por eso solo estarán 70 días allí.

El virus ha condicionado también esta expedición que ya cumple 34 ediciones. “Nos confinamos en casa antes de ir y nos hacemos un test PCR 72 horas antes. Después, al llegar a Punta Arenas, en la Patagonia chilena, guardamos de nuevo 14 días de confinamiento y nos hacemos otras 3 pruebas PCR, que es lo que obliga el gobierno chileno antes de ir a la isla en una fragata militar”, relata Pardos.


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Todas estas precauciones, para evitar que el COVID-19 entre en una isla virgen, libre de virus, donde científicos venidos de todo el mundo realizan estudios vitales para el futuro de la humanidad.

“Ahora mismo hay trabajos para detectar plomo de erupciones volcánicas en Europa y Asia. También se estudian posibles plagas de especies invasoras, movimientos tectónicos, estudios de variaciones climáticas… Sirve para prevenir futuras pandemias y enfermedades”, argumenta Pardos. Ellos van a acompañar como unidad militar a estos científicos de los que, dice Pardos, “aprenden muchísimo”.

José Pardos, o Pepe como le gusta que le llamen, vivirá 70 días con un total de 30 personas. “Te das cuenta de lo grande que es la naturaleza y cómo el hombre la va desgastando poco a poco”, se sincera Pardos. Para este militar experimentado estar allí es como “vivir en otra época, como vivían nuestros padres en el campo”.

UN CEMENTERIO DE BALLENAS

Los integrantes de la XXXIV Campaña Antártica partirán hacia Punta Arenas a primeros de año tras guardar dos semanas de cuarentena, zarparán en el buque oceanográfico “Sarmiento de Gamboa” para una travesía de cuatro días, por lo que a finales de enero se prevé  que estén allí y abran la base “Gabriel de Castilla”.


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Isla Decepción tiene además una interesante historia que incluye la presencia del afamado corsario inglés Sir Francis Drake, de balleneros y cazadores de focas. Fue base de una conocida compañía ballenera a finales del siglo XIX.

El lugar de su ubicación recibe hoy el nombre de Caleta Balleneros. Allí cazaron ballenas hasta 1940 y se estima que llegaron a matar en una sola temporada a 40.000 cetáceos. Sólo en 1931 salieron de la Antártida casi 60 millones de litros de aceite de ballena. De su paso por la isla queda como huella, entre otras, el esqueleto de estos mamíferos, en la actualidad en peligro de extinción.