La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, ha considerado este lunes que «ha llegado el momento» de rebajar las medidas frente al COVID-19 en la ciudad, por la baja incidencia acumulada y los escasos casos de hospitalización, que en estos momentos se cifran en un ingresado en planta en el Hospital Obispo Polanco de la capital turolense y ningún paciente en la UCI.

«Siempre he sido partidaria de que las medidas se regulen en función a la incidencia acumulada del virus, a los casos positivos y a las camas ocupadas, pero Teruel hace mucho tiempo que tiene una incidencia muy baja y sigue con medidas como en el resto de Aragón, a excepción de las zonas confinadas», ha dicho Buj.


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En declaraciones a los medios de comunicación tras la Junta de Gobierno Local, la alcaldesa ha explicado que las medidas se podrían relajar, por ejemplo, en el interior de la hostería, ampliando los aforos.

Igualmente, ha considerado que, tras el fin del estado de alarma, el 9 de mayo, sería necesario abrir Aragón y recuperar la movilidad con las regiones vecinas, especialmente con la Comunidad Valenciana para impulsar el sector del turismo en la provincia y en la capital.

«Mientras no podamos recibir turistas nuestra economía está muy comprometida», ha advertido Buj, quien ha denunciado que el Gobierno de España todavía no haya aclarado qué va a ocurrir cuando el estado de alarma decaiga, este domingo.


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Buj ha detallado que este jueves, día 6, se les ha citado como ayuntamiento, junto con el resto de capitales de provincia, diputaciones provinciales y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), a una reunión con las consejeras de Sanidad y Presidencia para poner sobre la mesa las medidas a aplicar tras el estado de alarma.