La comida preparada no siempre tiene que estar reñida con la calidad. De hecho, combinar ambos aspectos es la clave del proyecto Gastronómiko. Detrás está la familia Pérez Costas, dueña del hotel El Privilegio de Tena, en Tramacastilla. Sus hijos, Verónica y Toño, se han puesto al frente de esta nueva línea de negocio que pretende acercar a los hogares los productos de calidad del Pirineo.

La primera apuesta son las migas y el cordero lechal, de la variedad de churra tensina, autóctona del valle de Tena. Una vez cocinados los platos, se envasan con las correspondientes medidas de calidad y se distribuyen tanto a puntos de venta como al consumidor final, a través de la página web. Éste, hambriento y sin tiempo o ganas de cocinar, podrá adquirirlos en tiendas especializadas en productos gourmet, así como en supermercados y pequeños establecimientos que no cuentan con cocina diaria. También se podrán hacer pedidos online, que se entregarán en un plazo de 24-48 horas a toda la Península. 

“La idea es ofrecer una alternativa para clientes con poco tiempo para cocinar pero sin renunciar a la calidad”, explica Juan Ignacio Pérez, cabeza de familia e impulsor del proyecto. La recetas tradicionales y la materia prima de proximidad son la clave de Gastronómiko. Además, al emplear productos de cercanía, se potencia la economía local, circular y sostenible.

Sus primeras apuestas están muy relacionadas con el valle de Tena. “Las migas se preparan desde siempre. Mi familia se nutría de ellas cuando hacían la trashumancia porque eran baratas y alimentaban”, dice Juan Ignacio. La otra propuesta, el cordero lechal, es un intento de potenciar la economía local ya que la cabaña de ovino se estaba perdiendo. “Ahora hay varios productores apostando por ello y de esta manera les queremos apoyar”, explica.

El proyecto se encuentra ya en la última fase de validación de los productos. Todo el proceso se lleva a cabo desde la sala de despiece del Vivero de Empresas Agroalimentarias que Adecuara tiene en Jaca. Allí, bajo la supervisión de una técnica de calidad, se están testeando los aspectos sanitarios, así como el empaquetado de las migas y el lechal para empezar a comercializar los platos lo antes posible. 


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“Estamos con los últimos detalles de etiquetado y otras cuestiones de normativa y ya hemos enviado las primeras raciones a los puntos de venta, para que los prueben”, explica Juan Ignacio, que espera poder empezar la distribución en las próximas semanas.

Como valor añadido, junto con el envase se enviarán unas breves instrucciones para calentar el plato. En el caso de las migas, se recomienda darles el último toque en sartén, durante un par de minutos. “Las envasamos al vacío con gas inerte, para que no se apelmacen y queden lo más esponjosas posible a la hora de comerlas”, comenta. 

El cordero, también al vacío, se saca del embalaje y se calienta en el horno, en una bandeja o fuente apropiada, durante 15 ó 20 minutos. “Hay que ir comprobando y sacarlo cuando se vea tostado”, añade. 

Si se quiere guarnición, como unas patatas panadera o una ensalada, de momento deberá correr a cargo del comensal. Aunque, de cara al futuro, no se descarta incorporar alguna opción de este tipo como acompañamiento.

Más adelante, el plan es ampliar la oferta con otros platos relacionados con el cordero, apostando por el ternasco de Aragón. También tienen en mente elaborar migas sin gluten y propuestas trufadas. 


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Por el momento, las dos grandes apuestas de este nuevo servicio de comida preparada tradicional son las migas, que costarán siete euros y salen dos raciones, y el lechal tensino, por 14,40 euros. De esta manera, el menú típico de un buen restaurante del Pirineo se podrá tener muy pronto en casa. Sin desplazamientos y sin tener que cocinar. Solo hacen falta ganas de disfrutar los platos más tradicionales y elaborados que Gastronómiko pone ahora al alcance de cualquiera.