Seguro que ya conoces muchos de los deliciosos alimentos que se cultivan y producen en Aragón, pero ¿sabes que en Zaragoza se pueden consumir las verduras frescas directamente del huerto a la mesa con solo diez horas de diferencia? Consumir producto de la huerta zaragozana significa que desde que se recolecta la borraja hasta que se cocina pueden pasar tan solo ese breve periodo de tiempo. Esta frescura es lo que hace a la producción hortelana de los alrededores de Zaragoza única. El producto estrella es la borraja pero hay una gran variedad de hortalizas que se pueden comer frescas: acelga, espinaca, cebolla, escarola, bisalto… Son solo algunos ejemplos de los productos con la etiqueta de la Asociación de Hortelanos de Zaragoza que un zaragozano puede buscar en su frutería o supermercado para asegurarse de que son productos de cercanía.

La entidad está compuesta por 35 socios que cultivan en las 15.000 hectáreas de campos que rodean Zaragoza. En total son 50 kilómetros en círculo alrededor de la ciudad. Este es el radio que ocupa la verdadera huerta zaragozana, que está dentro del término municipal de Zaragoza. Estos productores se caracterizan porque venden su producto directamente en Mercazaragoza para, después, llegar al cliente final a través de fruterías y supermercados. En estos establecimientos, algunos de los productos (los que van empaquetados) se pueden identificar fácilmente con la etiqueta de la asociación. Los que se compran a granel se deben pedir al frutero expresamente si lo que se quiere es consumir hortaliza de kilómetro cero. Una elección que, sin duda, merece la pena.

“Hoy a las siete de la mañana estaba cortando acelga y borraja y a las dos del mediodía lo estaba descargando en Mercazaragoza. Mañana a las ocho de la mañana ya estará en las tiendas”, explica Cristóbal Omedes. Además de agricultor, es el presidente de la Asociación de Hortelanos de Zaragoza, que lucha para que su producto se valore y se conozca entre el consumidor.

Además de la calidad de los productos, esta inmediatez y frescura es lo que realmente hace despuntar a la huerta zaragozana. “En otros lugares el producto se vende en tiendas a los dos o tres días de haberse recolectado. Aquí en Zaragoza eso es impensable porque tenemos la suerte de que la huerta está pegada a la ciudad. Los fruteros están acostumbrados a que la hortaliza esté recién cortada y lo que se quedan sin vender un día, al siguiente es casi imposible darle salida porque nadie lo quiere teniendo otros productos más frescos”, explica Cristóbal.

La borraja es el producto más característico de la huerta zaragozana / Cedida

Ajos tiernos, alcachofas y coles / Cedida

Habas, menta fresca y acelga / Cedida

Por si el sabor y la calidad no fueran motivo suficiente para consumir de la huerta zaragozana, comprando estos productos se está apoyando al productor local. Detrás de cada pequeño hortelano hay horas de trabajo para que la borraja, la acelga o el bisalto que se sirve en las mesas de los hogares de Zaragoza sean los mejores. La competencia es dura y las condiciones no siempre hacen rentable este negocio por lo que comprar verdura de kilómetro cero es la forma que tiene el ciudadano de hacer que este sector no desaparezca. Además, es un consumo sostenible ya que se apuesta por productos sin apenas transporte, con la consecuente reducción de la huella de carbono.

Detrás de una bandeja de borraja está Cristóbal y tantos otros hortelanos que se levantan a las cuatro de la mañana para agachar el lomo y arrancar a mano cada mata. Solo por eso, merece la pena fijarse en la procedencia de lo que se compra. Y si no estás seguro, pregunta al frutero y déjate llevar hacia la huerta zaragozana.