Winston Churchill, Ortega y Gasset, Ramón y Cajal, Mozart, todos tienen en común que a lo largo de su vida formaron parte de grupos masónicos. Son personas tan influyentes como los padres de la patria que firmaron el manifiesto de creación de los Estados Unidos de América, también fueron masones. Los nombres durante años, y el poder político, económico o moral que tenían han generado mucho halo de misterio en torno a la masonería.


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«Lo que a veces sale en series o películas hace más referencia a otros colectivos, personas influyentes que se reúnen en secreto para, dicen, buscar beneficios para los países o estados, cuando en realidad buscan enriquecerse y aumentar su poder», explica Eduardo, venerable maestro de la Unión Sincera del Cierzo, una nueva logia que ha nacido en Aragón y que cuenta con algo más de un centenar de miembros. 

Es el propio Eduardo quien propone, en una conversación con HOY ARAGÓN, desmontar la masonería y a los masones. «No hacemos magia, ni reuniones secretas, ni ritos extraños, tan solo intercambiamos opiniones», asegura. Este joven profesor se vio atraído por la masonería en la Universidad y lleva más de 15 años perteneciendo a diferentes logias o grupos que a su vez forman parte de una estructura mayor. «Pertenecemos a la Federación con 250 años de historia llamada el Gran Oriente de Francia. Somos la rama continental, la más abierta. La otra es la inglesa, que no acepta mujeres, por ejemplo y obliga a sus miembros a creer en un Dios», añade Eduardo.

Los ‘adogmáticos’ a los que esta logia zaragozana pertenece no limitan por cuestiones de orientación sexual, raza, credo o sexo. «Lo que si hacemos es filtrar. Tenemos tres entrevistas previas para los que quieren entrar. Se trata de que ellos mismos se den cuenta si quieren o no pertenecer a este grupo masón. Aquí hay muchos que no pasan del primer filtro, porque se dan cuenta de que no somos lo suficientemente misteriosos o místicos como pensaban«, ironiza.

¿Símbolos? Claro, nos cuenta este maestro de la nueva Logia aragonesa. «Nuestro origen esta en los gremios medievales. La piedra, el compás, el triángulo, la escuadra, el mazo, son algunas herramientas de la piedra que somos y que vamos moldeando a lo largo de nuestras vidas para intentar ser mejores», añade.

UN AÑO SIN PODER HABLAR

Una vez que entras sigues más normas, algunas de las cuales llaman algo la atención. «En el primer grado que dura un año asistes a las reuniones pero no puedes hablar, aunque si escribir y dar tus opiniones. No votas a nivel interno hasta que no llevas dos años más y alcanzas el grado de maestro», argumenta. Hablan de temas sociales, que afectan a todos, intercambian ideas y, aseguran, crecen como personas. «Sacas lo que tienes dentro, por eso es importante filtrar, porque si la base de una persona no es buena acabará sacando lo peor que tiene», dice Eduardo.


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San Juan de la Unión Sincera fue la primera logia masónica que se asentó en Aragón allá por 1813; actualmente hay tres logias con esta última que acaba de formarse. «Hoy podría ser considerado un friki, pero es que hace años te perseguían y te mataban», afirma este maestro masón.

Mientras seguimos hablando con Eduardo cuenta que ya tiene sede, que comparten, y que se nutren del dinero que ponen de sus bolsillos cada mes, como cualquier asociación. «Somos gente normal que habla y comparte. Quién espere levitar o hablar con extraterrestres, que no pierda el tiempo«, admite este masón.