Una nube de cenizas procedentes del volcán La Soufrière, en la isla caribeña de San Vicente, se acerca a España. Fruto de ello, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en Canarias está vigilando su evolución tras desplazarse por el Océano Atlántico hasta el este aproximándose al archipiélago.


Publicidad


Este miércoles 14 de abril entrará en la península una borrasca cuyo flujo de viento podría traer parte de las cenizas y del dióxido de azufre de las emisiones del volcán, que se encuentra en erupción desde hace varios días. La borrasca traerá lluvias a la comunidad aragonesa a partir del viernes aunque con un porcentaje de probabilidad todavía bajo.

Así, el chorro polar que actúa como cinta transportadora de borrasca continuará muy ondulado y provocará nuevas tormentas, de las que caerán partículas «extremadamente inusuales», según indica Meteored.

Debido a esta situación, el Grupo de Predicción y Vigilancia de AEMET y el Volcanic Ash Advisory Center (VAAC) de Toulouse están realizando un seguimiento de las cenizas volcánicas para actuar en lo referido a la aeronáutica.

Este volcán entró en erupción el pasado 9 de abril y ha provocado el ascenso de una nube de cenizas y gases volcánicos llegando incluso hasta los 16 kilómetros de altura en su movimiento hacia el este. A medida que la nube se desplaza, las concentraciones de ceniza y dióxido de azufre disminuyen. Las densidades esperadas son de niveles medios, por lo que la calidad del aire no se verá afectada.


Publicidad



Publicidad


La vuelta a la actividad del volcán ha dejado sin agua potable ni electricidad a toda la población de San Vicente y las Granadinas y 20.000 personas evacuadas necesitan refugio. Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, detalló la gravedad de la situación: «La erupción ha afectado a la mayoría de los medios de vida en la parte norte de la isla, incluido el cultivo de banano, con cenizas y flujos de lava que obstaculizan el movimiento de personas y mercancías».