Como si de una situación de guerra se tratara, recursos públicos de distintos organismos se están poniendo a disposición de la batalla contra el COVID19. Claro ejemplo de ello es la cesión de espacios dispares como puntos de vacunación, para desahogar centros de salud y hospitales, y disponer de un mayor número de horas para este proceso.


Publicidad



Publicidad


Uno de los escenarios más curiosos en los que se han podido ver estos días a sanitarios poniendo vacunas es el Museo del Fuego de Zaragoza. El espacio se ha acondicionado de tal forma que no se ha tenido que cerrar para sus visitas al público. Además, para quienes van a vacunarse la espera es incluso más amena, entre camiones de bomberos antiguos y otros elementos expositivos.

En la capital, a la campaña de vacunación también se han sumado centros cívicos y de mayores de los distintos barrios. Equipamientos, todos ellos, puestos a disposición por el Ayuntamiento para este fin. En la mayor parte de los casos están próximos a los centros de salud y, de esta forma, se dispone de más horas de vacunación. 

Pero estas situaciones no solo se dan en Zaragoza. En el medio rural, numerosas localidades de todo Aragón están cediendo espacios públicos como puntos de vacunación. Los motivos, en algunos de estos casos, son diferentes a los de la ciudad.

Por ejemplo, en Chiprana, el Ayuntamiento ha puesto a disposición de las autoridades sanitarias el pabellón municipal. De esta manera, se quiere evitar que las personas mayores tengan que desplazarse hasta Caspe para recibir la vacuna. Aunque solo hay ocho kilómetros de distancia, la mayor parte de sus habitantes son de edades avanzadas y tienen movilidad reducida. “Creemos que sería mejor hacerlo así para prevenir y evitar desplazamientos innecesarios”, indica Javier Nicolás, alcalde de Chiprana.


Publicidad


A principios de marzo, los mayores de 80 años de Tarazona empezaron a ser vacunados en el recinto ferial. El complejo se ha habilitado de tal forma que el personal autorizado del centro de salud puede inyectar dosis a 150 personas cada día.

En el Campo de Cariñena, el espacio cedido para este fin es el salón de actos de la sede de la comarca, donde la vacunación ha arrancado a buen ritmo esta semana para los mayores de 80 años. En este caso, fue el propio centro de salud quien instó a la institución comarcal al uso de su edificio por cuestiones logísticas. “Es un lugar ideal dadas su amplitud y cercanía al centro sanitario, puntos clave en caso de que pudiera presentarse alguna incidencia”, señala Miguel Ríos, coordinador del centro de salud de Cariñena. Con la recepción de nuevos viales se espera poder vacunar a más de cien personas al día en las próximas semanas.

Hace un año, cuando estalló la pandemia, en Monzón ya se habilitó una planta del parking subterráneo de la calle de Cortes de Aragón para la realización de pruebas PCR y para la vacunación de la gripe. Ahora, este espacio también se emplea para las vacunas de la covid. 

Además, la nave de la Azucarera se acaba de poner también a disposición del centro de salud Monzón Rural, dependiente del Sector Sanitario de Barbastro, para continuar con el proceso. “Desde el Ayuntamiento estamos poniendo todo de nuestra parte para ayudar a los sanitarios en su labor. Tenemos el objetivo común de frenar la propagación del virus y velar por la salud de nuestros vecinos”, explica el alcalde de Monzón, Isaac Claver.


Publicidad


Las vacunaciones comenzaron en este espacio el pasado 7 de abril, de forma temporal y siempre previa cita. En función del número de vacunas que se vayan recibiendo, en este nuevo espacio sanitario se irán inyectando viales una o dos mañanas por semana. “Confiamos en que desde el Gobierno se envíe una mayor dotación semanal de dosis y pueda avanzar la vacunación”, concluye Claver.