El presidente de Aragón, Javier Lambán, empleará la videoconferencia del próximo domingo con el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y sus homólogos de las comunidades autónomas para conseguir cambiar el plan de desescalada, para que pueda adelantarse en el medio rural y adaptarse a la realidad aragonesa.

En la sesión de control al Gobierno en las Cortes, en respuesta a una pregunta sobre la desescalada del portavoz de Ciudadanos, Daniel Pérez Calvo, Lambán ha insistido en que el plan planteado por el Gobierno central no responde a las expectativas de Aragón y otras autonomías al plantear la provincia como unidad de acción para la vuelta a la normalidad, a su juicio «absolutamente artificial», y por tanto trabajará con todos los medios a su alcance para modificarlo.

Es más, en el debate parlamentario, el presidente Lambán ha apelado a que la importancia de la crisis sanitaria es el bienestar de la ciudadanía, no el interés político. Y lo ha hecho con una frase gráfica en el seno interno del socialismo: «Salvar vidas de los aragoneses está muy por delante de salvar políticamente a Sánchez».


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El objetivo, ha subrayado, es que Aragón salga de la crisis sanitaria, social y económica «de la manera más entera posible» y por tanto insistirá en que se adecúe la desestacalada a la realidad territorial de Aragón, ya que hay zonas en las se podría recuperar de manera inmediata la normalidad.

Habría un componente de «justicia poética» si esas zonas recuperan la normalidad en primer lugar, teniendo en cuenta, ha dicho, que las circunstancias demográficas para el medio rural han supuesto un hándicap para su desarrollo.

Javier Lambán: «Salvar vidas de los aragoneses está muy por delante de salvar políticamente a Sánchez».

Pérez Calvo ha instado a Lambán a hacer valer «la fuerza de Aragón», el apoyo unánime de las fuerzas parlamentarias con el que cuenta para llegar hasta «donde pueda», para que la lealtad con el Gobierno central sea «recíproca» y los intereses de Aragón se tengan en cuenta.

Porque el plan planteado por la Comunidad es «sensato» para el portavoz de Cs acorde a las necesidades del territorio, frente al «café para todos» que a nadie ha gustado, a golpe de «unilateralidad» e «improvisación», sin consensuarlo previamente.

Lambán ha asegurado que empleará «totalmente» la viodeoconferencia con Sánchez del domingo con ese objetivo si antes no ha habido otros acuerdos, y hasta el domingo, ha apuntado, hablará con todos los grupos parlamentarios para buscar una «unidad de acción» acomodada a la realidad territorial y económica de Aragón, también para encontrar el modo de proteger los intereses de los distintos sectores económicos que han rechazado el plan de desescalada, como la hostelería o la cultura.

«SECTARISMO Y OPACIDAD»

En la sesión, el líder del PP, Luis María Beamonte, ha afeado a Lambán su ausencia este jueves en la Comisión General de las Comunidades Autónomas en el Senado porque tampoco asistirá Sánchez, en una muestra más de «sectarismo y opacidad», y también «desprecio» a los presidentes autonómicos.

Además, ha cuestionado la utilidad de la mesa para la estrategia aragonesa de recuperación, porque «no ha escrito una línea» y solo ha servido para vender la unidad de Aragón y la «grandeza del liderazgo» de Lambán y para intentar «mutualizar la culpa», un camino que solo puede servir, ha advertido, para arruinar la confianza depositada.

Lambán ha subrayado que la repuesta que tiene que dar Aragón a la situación pasa por fortalecer los servicios públicos, corrigiendo posibles flancos débiles en Sanidad por si hay algún rebrote o en servicios sociales, reclamando un ingreso mínimo vital compatible lo más posible con el IAI y dedicar más atención a las residencias, y por la reactivación de la economía.


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En ese aspecto, además de destacar que la mesa aragonesa para la reconstrucción en ningún caso persigue mutualizar culpas, sino dar a Aragón la estabilidad necesaria y seguridad a la ciudadanía y a los inversores, ha apuntado que se reforzará al máximo la interlocución con Madrid para trabajar en medidas de «resistencia» con ayudas para los sectores más castigados y de reactivación para medianas y grandes empresas.

Además, exigirá un plan extraordinario de financiación para cubrir los «destrozos» provocados por la pandemia, porque el presupuesto de Aragón «ha saltado por los aires», con una flexibilización de la deuda y el déficit y dotaciones a fondo perdido, porque de los contrario no se podrán mantener los servicios ni reactivar la economía.