El proceso de vacunación contra el COVID-19 podría comenzar en enero próximo y será voluntario, ha adelantado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que no considera «conveniente» obligar a vacunarse en España aunque se muestra seguro de que «habrá un nivel de respuesta muy alto».


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En declaraciones a RAC1 y Catalunya Ràdio, Illa ha afirmado que existe «una concienciación muy alta» entre los españoles de los beneficios de vacunarse y aunque «legalmente» el Gobierno podría hacer que fuera obligatorio, estima que hacerlo así podría resultar incluso «contraproducente» según le han indicado «los expertos».

El ministro ha recordado que existen 13.000 puntos de vacunación en España y que suelen vacunarse unos 10 millones de personas en un periodo de dos meses, de forma que «con la red habitual» de puntos se podrá «funcionar perfectamente con un ritmo rápido y eficiente, y con garantías».


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De mantenerse ese ritmo, ha dicho que confía en que a mediados de año haya vacunados unos 30 millones de españoles, «un 70 % de la población en números redondos». Sin embargo, los ensayos clínicos sobre las vacunas que avisan de más de un 90% de eficacia en la fase 2 de su producción no tienen avales científicos de organismos internacionales sobre su verdadera eficacia. 

Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participa este sábado en la cumbre de líderes del G20, en Riad, donde pedirá el acceso universal a las vacunas contra el COVID-19 y el apoyo inequívoco a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la lucha contra la pandemia.