El suicidio no es solo un problema de salud mental sino que influyen otra serie de factores como la vulnerabilidad, la pobreza, la soledad, la desesperanza o la drogodependencia, al que sucumben diez personas al día en España, lo que lo convierte en un problema social que se debe hacer público y que debe contar con planes de actuación y prevención.

Según las asociaciones de afectados «hablar de ello es el primer paso para prevenirlo» y con ese fin el Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora este jueves 10 de octubre.


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En esta fecha, la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental (Asapme) celebró ayer su aniversario, con un acto en la Sala de la Corona del edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón.

El acto comenzó con la lectura del testimonio de Alicia, una mujer de 35 años que comenzó con esquizofrenia a partir de la adolescencia y que había intentado suicidarse en varias ocasiones no por «llamar la atención» sino por acabar con el sufrimiento.

La psiquiatra Isabel Irigoyen, ponente invitada, desmintió algunos de los «mitos» en torno al suicidio como que la mayoría de los que lo intentan no lo cumplen; que hablar de ello produzca un efecto contagio, puesto que «sentarse a hablar les va a ayudar a sentirse comprendido y minimizar su sufrimiento»; que no avisen porque «nueve de cada diez» lo han hecho despidiéndose del trabajo de una manera especial, regalando cosas o acudiendo al notario; o que no se pueda prevenir porque «es posible detectarlo y prevenirlo».

LOS DATOS

En Aragón se registran unos 100 suicidios al año y 2016 fue «especialmente trágico» con 133 fallecimientos desde los 14 años. En esta comunidad ha explicado que por cada suicidio hay entre 15 y 20 tentativas, lo que significa que se atienden unas 2.500 al año, y ha incidido en la preocupación de los agentes por las muertes de adolescentes y por eso la necesidad de prevenir el bullying.


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Pero también ha destacado otros factores como la enfermedad mental, la soledad, el insomnio, el dolor, la vejez y los hombres de edad media con alcoholismo, en ocasiones separados y con hijos, un grupo «especialmente vulnerable», además de que los hombres se suicidan tres o cuatro veces más que las mujeres.