Actualmente hay 6.000 pacientes diagnosticados en Aragón y, según las Unidades de Trastorno de Conducta Alimentaria, esta cifra habría aumentado un 30% durante la pandemia. «Hablamos de pacientes que requieren un tratamiento de psicoterapia que la Sanidad Pública no ofrece. Si eso la curación es lenta y muy complicada«, explican desde la Asociación TCA Aragón. Denuncian que muchos familiares han visto agravada su enfermedad en este último año. «La escasez de recursos sanitarios nos han llevado a vivir una situación crítica en materia de salud pública«, denuncian.

Desde la Asociación, integrada por familiares y personas con anorexia o bulimia, lanzan una llamada de auxilio a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón. Un llamamiento que cuenta con el apoyo de profesionales expertos en la enfermedad que trabajan en las Unidades hospitalarias aragonesas. «Son unos grandes profesionales pero con medios limitados para atender a tantos pacientes», apuntan.

CASOS GRAVES, LEJOS DE CASA

Actualmente en Zaragoza hay dos Unidades de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTCA), una en el del Hospital Clínico Universitario, para menores de edad, y otra en el  Hospital Provincial Nuestra Señora de Gracia, si el paciente es mayor de 18 años. «Tenemos que invertir más en Aragón porque hay pacientes graves cuyos casos se derivan a otros centros en comunidades limítrofes a kilómetros de distancia, con el daño y gasto emocional que esto implica a pacientes, familias y a la propia Comunidad Autónoma de Aragón», añaden.