Es, sobre el papel, un proyecto que apoya tanto la administración autonómica como el sector empresarial. La posibilidad de que se instale en el Aeropuerto de Zaragoza una Zona Franca, libre de impuestos, significaría un antes y un después para el aeródromo, el segundo de España en volumen de carga, y para las empresas instaladas no sólo en Plaza, sino en toda la zona de influencia de Aragón.


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Actualmente existen siete zonas francas en España, todas ellas portuarias: Vigo, Santander, Barcelona, Tenerife, Las Palmas, Cádiz y Sevilla, ésta última en su puerto fluvial. No obstante, estas zonas libres de impuestos, según la legislación, pueden instalarse también en aeropuertos y, el de Zaragoza, es por muchas razones el óptimo.

Por un lado, está su potencia en volumen de carga, siendo el segundo aeropuerto de España en toneladas totales, y uno de los más importantes de toda Europa. Por otro, cuenta con tejido empresarial enorme en sus inmediaciones, no sólo en la plataforma logística Plaza, sino en otros polígonos de la A2 y la cercanía de la potente industria de la automoción en torno a la planta de Stellantis en Figueruelas.

A ello se suma las nuevas apuestas de los últimos meses, encabezadas por Amazon, y seguida por la presencia cada vez más nutrida de la industria médica y farmacéutica. Como explican desde el Gobierno de Aragón, se trata de un proyecto que se quiere impulsar desde hace años a través de Aragón Plataforma Logística. Formaba ya parte de la estrategia logística 2020, pero la pandemia supuso un freno y es ahora cuando se ha retomado, si bien no confirman fechas ni plazos.

El proyecto parte de un estudio realizado por el profesor universitario Eduardo Sanz-Arcega y publicado en la revista de Economía Aragonesa que edita Ibercaja. Este proyecto, complementario a la autopista ferroviaria Zaragoza – Algeciras, tiene como objetivo potenciar el nodo logístico de Zaragoza.

La idea del Gobierno de Aragón de que Zaragoza sea la primera zona franca seca del país ya ha sido apoyada por la Cámara de Comercio y, por su parte, CEOE Aragón ha mostrado para HOY ARAGÓN las enormes posibilidades que supondría esta iniciativa.

PRINCIPAL PUERTA DE ENTRADA A EUROPA

Como explica Jesús Arnau, director general de CEOE Aragón, Zaragoza se convertiría en el centro clave para el transporte de mercancías entre Europa y África y, por otra parte, podría suponer la principal puerta de entrada de los bienes de todo el mundo a nuestro Continente.

Asimismo, «conllevaría posibilidades de especialización de nuestra industria farmacéutica y médica«, indica Arnau. Un espaldarazo para un sector que, con las recientes inversiones de compañías como Becton Dickinson o Certest Biotec podría crecer de forma exponencial.

Una zona franca supone ventajas empresariales que hacen que sea mucho más interesante su instalación en las inmediaciones. Como explica el director general de CEOE Aragón, «es beneficioso para las exportaciones, en materia del IVA, sus exenciones y restituciones». En lo que se refiere a importaciones, «mientras no salen de la zona franca, los bienes no están tasados con impuestos como el IVA, hidrocarburos, etc.«. Este retardo en el pago de impuestos, supone una gran ventaja competitiva para las empresas que operen desde el aeropuerto.

«Habría un antes y un después, con entrada y salida de millones de euros en mercancías, que supondrían un salto muy importante tanto para el aeropuerto como para Plaza», indica Arnau. Además, Zaragoza resulta un lugar óptimo porque a las ventajas de la zona franca se une que «el precio de los terrenos es más barato que en las zonas marítimas», apunta, por lo que el reclamo para instalarse en la capital aragonesa sería aún mayor.

«Tenemos que ir todos a una con este proyecto, dado que si se lograra sería un salto importante», destaca el director general de CEOE Aragón, mostrando el apoyo del sector empresarial de la Comunidad en esta iniciativa.

NO MORIR DE ÉXITO

También proclives a esta iniciativa se muestran desde el Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja. No obstante, como explica Ángel Gil, miembro de la Comisión de Logística y Transporte, existen una serie de cuestiones previas que deberían abordarse en el corto plazo, relacionadas con los servicios aduaneros y para-aduaneros.

Gil detalla que «los servicios aduaneros están funcionando actualmente bien, sin embargo los para-aduaneros, especialmente en el sector agroalimentario, empiezan a experimentar deficiencias». Esto, unido al impulso industrial que puede vivir Zaragoza en el corto plazo, podría suponer un colapso y que compañías decidieran optar por pasar los trámites en otras zonas.


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«La zona franca es una iniciativa más para la atracción de empresas que para las compañías que ya están instaladas», señala. En su opinión, antes que invertir en esta propuesta, deberían reforzarse los servicios actuales, como por ejemplo los Puestos de Inspección Fronteriza, una cuestión que las empresas están demandando, apunta el portavoz del Colegio de Ingenieros.