Con la finalización de las ayudas del Gobierno central a los carburantes, lo que suponía un ahorro de 20 céntimos por litro coincidiendo con unos precios en máximos históricos, llenar el depósito vuelve a ser un dolor en el bolsillo de los consumidores particulares a partir de 2023. No obstante, llevar a cabo una conducción eficiente puede suponer un ahorro considerable en la economía doméstica, además de contribuir positivamente al Medio Ambiente.


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En ese sentido, la plataforma online especializada en recambios Oscaro, da una serie de pautas que deben tenerse en cuenta, como no llenar el depósito del vehículo del todo: a mayor cantidad de combustible, mayor peso debe mover el vehículo, con el consiguiente aumento de consumo.  Muchos fabricantes recomiendan llenar el tanque hasta el 50, 60 o 70% de su capacidad para evitar sobrecargar el coche.

Por otra parte, ciertos vehículos necesitan utilizar combustibles de una mejor calidad, como ocurre con aquellos vehículos de gama alta. Hay que tener en cuenta que la mayoría de vehículos pueden funcionar perfectamente con un combustible medio, ya que cumple con los estándares de calidad europeos. De esta manera, no se gastará más dinero del necesario en el combustible para el vehículo. En todo caso, si se desconoce qué gasolina utilizar, se debe repostar con la que indica el fabricante en el manual y, en la mayor parte de ocasiones, en la portezuela del depósito.

LA VELOCIDAD DE CRUCERO NO SÓLO ES CÓMODA, TAMBIÉN EFICIENTE

La velocidad del vehículo es un factor clave cuando hablamos de ahorro del combustible. Una de las mejores maneras de hacer un uso eficiente del carburante es mantener constante la velocidad. Para ello, se puede activar la velocidad de crucero, una función que gran parte de los coches que circulan hoy en día tienen disponible. Aun habiendo cambios de pendiente, la velocidad de crucero permite al vehículo mantener una velocidad constante, economizando de una manera inteligente el consumo de carburante.

En relación con lo anterior, son muchas las personas que conducen en una marcha incorrecta. Si se circula con el coche a muchas revoluciones se está quemando más gasolina de la cuenta, y lo mismo ocurre si se conduce a pocas revoluciones, ya que el inyector estará más abierto de lo necesario haciendo que pase más gasolina al motor.

La mayoría de vehículos fabricados en los últimos años suelen traer una indicación de la marcha que hay que utilizar de acuerdo a la velocidad que se lleva. Si, por el contrario, el vehículo no dispone de esta recomendación, se debe escuchar y atender al sonido de las revoluciones del motor, siempre manteniéndolo ni muy revolucionado ni muy poco.

SÍ AL FRENO – MOTOR

Utilizar el punto muerto al aproximarse a un semáforo e ir frenando gradualmente es algo que, al contrario de lo que piensa mucha gente, consume más gasolina. Sin embargo, cuando se utiliza el freno – motor y se levanta el pie del acelerador, provoca que no entre más gasolina, y que el vehículo se vaya deteniendo gradualmente por sí solo. Haciendo esto, además de lograr reducir el consumo de combustible, también se está alargando la vida útil del embrague y de los frenos.

Las ruedas, por su parte, también influyen directamente en el consumo de combustible. Son los únicos elementos del coche que están en contacto con el suelo, por lo que un buen estado de los neumáticos y una correcta presión harán que el gasto del vehículo sea menor. Si las ruedas no tienen la presión idónea que indica el fabricante o la banda de rodadura está muy desgastada, aumenta el rozamiento del neumático en el asfalto y, por tanto, el vehículo necesitará más potencia para desplazarse.

Otra cuestión que debe tenerse en cuenta en el mantenimiento es la limpieza de los componentes internos. Existen productos en el mercado que, empleados de manera correcta, pueden reducir el consumo de combustible en hasta un 30%. Tal es el caso de los aditivos para carburantes, cuya función principal es limpiar los inyectores encargados de suministrar combustible al motor. Estos productos mejoran el flujo de gasolina o diésel y aumentan el rendimiento del vehículo, reduciendo también el ruido y el desgaste del propio motor.

Por otra parte, sobrecargar el vehículo es contraproducente para conseguir el objetivo de ahorrar combustible. Reducir el equipaje o las cosas que llevamos diariamente en el vehículo y se quedan eternamente en el maletero es una buena manera de empezar. Para ello también se puede hacer uso de un organizador de maletero, donde guardar todo aquello que sí que es necesario para el día a día.

Por último: compartir es ahorrar. ¿Cuántos coches se ven con un único ocupante por las mañanas de camino al trabajo o a estudiar? Una de las medidas que ha tomado fuerza estos últimos años es aprovechar al máximo el número de ocupantes de un vehículo.


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Esta forma de desplazarse permite repartir el coste de combustible. Hablar con los compañeros de trabajo o de estudios que vivan cerca para ir juntos al destino es, sin duda, una medida que repercutirá positivamente en el bolsillo y con la que, además, se contribuye a reducir la contaminación.