Los nuevos parques eólicos y fotovoltaicos previstos en la provincia de Teruel, concretamente en zonas de El Maestrazgo, han encendido el debate entre los distintos agentes implicados. Por un lado, los alcaldes de la mayor parte de los municipios en los que se impantarán se han mostrado a favor, entre otros motivos porque la creación de puestos de trabajo durante la construcción de los proyectos se estima en 3.000 personas.


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Por otro lado, la primera organización en manifestarse en contra fue la asociación Paisajes de Teruel, que inició una recogida de firmas en Change.org. Actualmente las firmas ascienden a más de 4.600. El principal motivo que esgrimen para evitar su construcción es que los parques menoscabarían el patrimonio paisajístico y natural de una zona eminentemente turística.

En este contexto, este fin de semana el debate ha alcanzado su punto álgido con dos concentraciones. En primer lugar, los alcaldes de La Iglesuela del Cid, Puertomingalvo, Fortanete, Cantavieja, Tronchón, Mirambel, La Cuba, Villarluengo y Bordón, que conjuntamente se han unido en la asociación Viento Alto, han visibilizado su apoyo a la construcción de los parques en sus localidades.

Todos ellos se concentraron el sábado en la Subdelegación del Gobierno en Teruel para mostrar su beneplácito a los proyectos aprobados. En el manifiesto que leyeron en la capital turolense aludieron a que los parques van a traer empleo y prosperidad a los municipios. La asociación de localidades defiende que los beneficios que generen las renovables puedan repartirse entre las distintas localidades de forma equitativa.

En este sentido, desde Forestalia, compañía que se ha adjudicado las centrales, ya manifestaron que los proyectos se han planteado «desde el máximo acuerdo con los ayuntamientos, legítimos representantes del interés común de los vecinos del territorio». El hecho de que los consistorios se hayan unido en una asociación permite socializar los beneficios de los proyectos. Con ese mismo fin, se han priorizado los desarrollos en suelo público municipal, buscando la compatibilidad con los usos habituales de los terrenos, incluidos el sector agrario y ganadero.

Forestalia ha presentado el estudio de impacto ambiental para su evaluación por parte del Ministerio para la Transición Ecológica. Los plazos de ejecución dependerán del ritmo de tramitación de las autorizaciones. En cuanto las administraciones otorguen su visto bueno, Forestalia estará en disposición de comenzar los trabajos, lo cuál podría realizar en el horizonte del año que viene.

El presupuesto del clúster eólico planteado es de 760 millones de euros y Forestalia ha indicado que durante la construcción de los parques se generarán más de 3.000 empleos, a lo que hay que sumar más de medio centenar para el mantenimiento y la explotación de los mismos cuando ya estén en marcha.

«RENOVABLES SÍ, PERO ASÍ NO»

Tras estas declaraciones públicas, el domingo tuvo lugar la manifestación «Renovables sí, pero así no», convocada por Teruel Existe. Según los organizadores, fueron 700 las personas que se reunieron en una caravana de coches procedentes de las distintas comarcas turolenses hasta la capital provincial.

Hay que destacar que no se muestran en contra de las energías renovables, sino que reivindican una ordenación del despliegue de las centrales eólicas y fotovoltaicas que respete los paisajes con mayor valor. Asímismo, defienden un cánon que aporte beneficios a toda la provincia.


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Los portavoces del Movimiento Ciudadano de Teruel Existe, Raquel Benedí y Diego Loras, indicaron en el manifiesto que el territorio turolense ha sido escenario de «una continuada extracción expoliadora de sus recursos naturales, minerales y energéticos», con «un escaso y efímero desarrollo de la provincia».

En su opinión, una vez instalados los molinos y las placas solares, «apenas generan empleo». Una situación que consideran que derivará en una mayor despoblación.