«No se oía ni una tos», así describe una amiga de la infancia de Sara Pina lo que vivieron en el funeral de la joven navarra en su pueblo natal, Cortes. Es la primera víctima de violencia de género de 2022. Su presunto asesino, un zaragozano de Gallur, ya ha sido detenido en Francia tras intentar huir con su furgoneta y será juzgado por el crimen en Tudela, donde se produjeron los hechos. «Su casa está cerca del río y pensé, ¿igual se ha tirado? Pero no, huyó dejando el cuerpo de Sara dos días sin vida en su casa mientras su familia la buscaba desesperadamente», explica esta amiga.

«Teníamos un grupo de WhatsApp, y alguien comentó algo sin decir quién era la víctima. Yo pensé, ¡ojalá lo pillen pronto! Y después me llamó mi cuñada para contármelo«, recuerda sin poder evitar romper a llorar. «La estás trayendo de nuevo a mi mente y no puedo evitarlo. Era una chica tan buena, tan amiga de sus amigos…». 

Esta amiga estuvo muy presente en la boda de Sara y Chema, hace cuatro años. «Sara siempre quiso casarse de blanco». Relata también a HOY ARAGÓN como era Chema, el marido de Sara. «¡Te juro que no, te juro que no!», repite cuando le preguntamos si alguna vez vio algo extraño en esta pareja. «Era super cariñoso con mis hijos, y de esas personas que le gusta hacer bromas. Una de las últimas veces que hablamos con él fue para animarle en navidades porque había cogido el COVID y estaba confinado», explica.

Un pasado carcelario es la única mancha que esta joven madre recuerda de Chema, como le llamaban entre amigos. «Estuvo en prisión, pero eso a Sara nunca le importó; le quería, y punto«, aclara. Chema conoció a Sara en unas fiestas de Gallur gracias a un amigo común hace ya 11 años. «Antes tuvo otra pareja, un chico de Burgos, porque ella estudió en Burgos. A veces pienso, ojalá se hubiese quedado con aquel, era muy buena persona«, repite nostálgica.

«NOS MOVILIZAREMOS POR ELLA» 

«Estuvo en su casa, en su mesa, con sus padres y hermano, con nosotros siempre risueño… Nos engañó a todos», repite en varias ocasiones. Sara estaba muy implicada con las víctimas de violencia de género y siempre daba un primer paso. «Para los demás era la primera en ayudar, pero cuando tenía algún problema era más introvertida, más que él», recuerda esta amiga que nunca, y repite, nunca los vio mal. 

Ahora solo piensan en despedirse de Sara, pero sin prisas. «Queremos celebrar algo bonito en su recuerdo. Ella sería la primera que lo propondría». Y luchar para que su presunto asesino sea proporcionalmente castigado. «Va a ser muy duro porque cuando llegue el juicio vamos a escucharlo todo. Movilizaremos lo que haga falta para que esta persona pague por lo que ha hecho», refiriéndose a Chema, a quien acaba la entrevista sin llamar por su nombre.

El teatro, la literatura, Lorca, sus chicos del colegio de Castejón… Según esta amiga, era lo que Sara más quería, además de su pareja, que, según relato policial, asestó numerosas puñaladas a la joven que llegó incluso a intentar defenderse. 

Lorca fue asesinado un 18 de agosto de 1936. Sara fue asesinada presumiblemente entre el 7 y el 9 de enero de 2022. De Lorca dijeron: «Lo buscaban en una fosa común de Granada, pero lo encontraron vivo en todas las bibliotecas del mundo«. Como el poeta andaluz, Sara seguirá viva en muchos libros, escenarios y corazones, entre ellos el de esta amiga que tiene el dolor muy presente y a la que, confiesa, todavía le cuesta llorar.