Eran los propios vecinos del barrio zaragozano de San Pablo los que avisaban a la policía: “Hay un hombre en la calle con un arma de fuego amenazando a los viandantes”. Varias patrullas se personaban en el lugar de los hechos y reducían al joven disparándole en una pierna.


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Dos meses después la abogada de este joven, Carmen Sánchez Herrero, ha presentado una denuncia en el Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, que ya ha abierto diligencias por un presunto delito de lesiones.

El acusado, que se encuentra en prisión provisional a la espera de juicio, argumenta que, según su abogada -tal y como ha publicado El Periódico de Aragón-, “sacó el arma que llevaba para entregarla y se echó a correr cuando le apuntaron”.

Ante dicha denuncia, los representantes de sindicatos policiales y de fuentes cercanas al hecho apuntan a HOY ARAGÓN que los hechos no sucedieron como los cuentan el denunciante y su abogada. “El joven apuntó a los agentes que fueron requeridos por los vecinos con la intención de que desistiera de su actitud”, explican dichas fuentes.

“ESTARÍA MUERTO”

El joven que caminaba con el arma en la mano en la confluencia de las calles Cerezo y Boggiero, según fuentes cercanas al hecho, “arremetió contra el vehículo policial con intención de hacer frente a los policías allí presentes”.


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Estas mismas fuentes afirman que llegó a apretar el gatillo con la intención de disparar apuntando al pecho de uno de los policías pero el arma no efectuó dichos disparos porque no llevaba la munición adecuada. “Si esa pistola lleva la munición correspondiente el agente estaría muerto”, apuntan.

Varios vecinos grabaron vídeos del momento del incidente donde, según explican fuentes sindicales, se ve que el hombre arremete contra los agentes y no tiene intención de entregar su arma.