El nombre que la Policía Nacional puso a la operación, «culebra», se debe a la manera que llaman los explotadores a la deuda que acaban contrayendo las víctimas de trata de blancas con ellos. Hablamos de una operación que se llevó a cabo desde La Unidad Central Operativa en Madrid, pero que tuvo en el trabajo de la Policía Nacional de Zaragoza, concretamente de los agentes de Policía Nacional que trabajan en la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales, UCRIF, el punto de partida.

Fue precisamente a través de una testigo protegida dónde nació una investigación que acabó por liberar a ocho mujeres colombianas de la red de extorsión sexual de la que no podían salir. El origen, un mensaje en redes sociales, en su país natal, Colombia, que decía «vamos a buscarte trabajo legal y digno para ti en España, para que así puedas sacar adelante a tu familia en Colombia«. Vendían una nueva vida, una oportunidad, que acabó siendo un infierno. 

El conteo de billetes en una operación policial / Cedida

Si no es por redes sociales, utilizan un gancho que muchas veces es que un conocido de un amigo les dice que puede proporcionar trabajo a mujeres en países de Europa, un trabajo, les dicen, «legal y digno». Pagan el viaje porque ellas, la mayoría de clase social baja y limitado nivel cultural, no pueden hacerlo. 

Aquí empieza la deuda, la «culebra». Ni siquiera ellas alcanzan a conocer el valor de lo que realmente deben hasta que llegan al país de destino. Según ha podido conocer HOY ARAGÓN, en algunos casos, es tal su vulnerabilidad que al hacer las cuentas de lo que deben con el cambio de moneda por el viaje y el contrato que han firmado piensan, por ejemplo, que son 3.000 euros al cambio, cuando en realidad son 30.000.

En el vídeo policial de la operación «culebra» que se puede ver en una imagen figuras de cerámica que representan otro tipo de chantaje, el emocional o espiritual. Porque al llegar, la deuda es económica, pero luego si intentan irse, les amenazan con dañar a su familia en su país o con algún tipo de magia negra. Estos casos son frecuentes en víctimas sudamericanas o africanas. 

Figuras que representan alguna de sus creencias religiosas / Cedida

¿Cuál es la edad de estas víctimas que luego acaban siendo obligadas a prostituirse por nada y a las cuales enganchan a drogas como la heroína? La Policía Nacional llegó a contar en esta última operación donde hubo víctimas y detenidos en Zaragoza, que una de las mujeres fue violada por un cliente sin que la organización hiciera nada por impedirlo.

Podríamos llegar a pensar que tienen entre 20 y 30 años pero, en este caso, estamos hablando de 30 a 40 años. Mujeres que no han podido avanzar económicamente, que tienen hijos a los que apenas pueden mantener. Demasiadas debilidades de las que estos criminales se aprovechan.

‘VIAGRA’, COCAÍNA Y UNA DEUDA INAGOTABLE

Dos en Zaragoza, cinco en Sagunto y tres en A Coruña. En total, 10 detenidos y más de 21.000 euros en metálico, además de varios teléfonos móviles y videocámaras de vigilancia que utilizaban para vigilar a las mujeres que obligaban a prostituirse en pisos. Un grupo criminal conformado por ciudadanos sudamericanos dedicados, presuntamente, a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, tráfico de drogas y prostitución. 

Ellas tenían que anotarlo todo en unos cuadernos, sobre todo el método de pago, que podía ser en metálico, ‘bizum’, o tarjeta de crédito. El dinero lo dejaban en buzones, de los que sus presuntos explotadores se quedaban el 40% de cada servicio. 

Las chicas también eran obligadas a vender droga como cocaína y proporcionaban también a sus clientes estimulantes sexuales como ‘viagras’. Esa droga también se la suministraban a las mujeres, y también se la cobraban. Un control económico, mediante opiáceos, y a miles de kilómetros de sus casas. Celdas sexuales en las que se iban consumiendo lentamente hasta que dejaban de serles útiles. 

*¿Quieres denunciar algún caso? Lo puedes hacer través del teléfono 900 105 090 o del correo electrónico ‘trata@policia.es’