La calma y palabras tranquilizadoras que utilizaron agentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón durante la llamada de un joven de 22 años que padecía una gran depresión y quería quitarse la vida lograron salvarle la vida. Los hechos ocurrieron durante la medianoche del 3 de junio, cuando un operador del CIMACC recibió la llamada de una persona que se encontraba en estado depresivo, totalmente derrotado, desesperado y con la única intención de quitarse la vida.

El policía que atendió el aviso demostró una gran habilidad verbal y logró tranquilizar al joven con un destacado trabajo psicológico, mientras se solicitaba la presencia de una patrulla de seguridad ciudadana en el lugar concreto donde se encontraba, informa la Jefatura Superior de Policía en una nota de prensa. Fueron unos «interminables tres minutos» hasta que los agentes de seguridad ciudadana llegaron a la ribera del Ebro, donde sin dudarlo se acercaron al joven y le transmitieron la serenidad necesaria para que depusiese su idea autolítica.

Al final los policías consiguieron abrazarlo y bajarlo del muro donde se encontraba, para posteriormente ser atendido por una ambulancia que lo trasladó al Hospital Clínico. Tanto él como su familia agradecieron la gran labor psicológica que estos tres agentes realizaron, donde consiguieron frustrar el propósito inicial que el joven tenía en mente.

La Policía Nacional recuerda la importancia de identificar la depresión y, en el caso de encontrarse con alguien con estos síntomas, ofrecerle ayuda o una serie de recursos como puedan ser los teléfonos de emergencias, derivarlos a un especialista de la salud, el teléfono de la esperanza o diferentes asociaciones, entre otras.