La decisión de colocar una bandera de España lumínica el día de la Constitución, aprovechando la instalación de las luces navideñas, por parte del Ayuntamiento de Zaragoza que lidera el popular Jorge Azcón es todo un acierto. En un momento de convulsión territorial, con el desafío continuado por los separatistas, es un gesto político que simboliza lo que la mayoría de los zaragozanos sentimos. 


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Habrá alguno que lo tache de oportunismo político. Otros de decisión errónea. E incluso algún agorero crea que son las influencias de VOX. Todos estos razonamientos son equívocos.

Los últimos cuatro años en la ciudad de Zaragoza, con el gobierno sin sentido de Zaragoza en Común, han aflorado una serie comportamientos que distan mucho del sentir general de la ciudad.

La defensa unánime del anterior gobierno por la presencia de los lazos amarillos en el Ayuntamiento, la conferencia de dos terroristas del GRAPO en un equipamiento municipal, el amparo de ZEC por una charla de las madres de los agresores a guardias civiles en Alsasua o, incluso, la promoción de un referéndum simbólico el día 1 de octubre como sucedió en Cataluña, y que propició la detención de los dirigentes autonómicos, con posterior prisión sin fianza o fuga de éstos. Y la reciente sentencia condenatoria por sedición y malversación. 

Entre otras salidas de tiesto del anterior gobierno de ZEC, es evidente que los gestos del Ayuntamiento de Zaragoza, gobernado por PP y Ciudadanos, van en la línea de poner en valor la Constitución, el respeto a las víctimas del terrorismo, la defensa de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y la contundencia que merece la defensa de la unidad nacional ante la deriva secesionista.


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El vídeo del alcalde Jorge Azcón reclamando el sentido común perdido en los últimos cuatro años se hizo viral por la contundencia expresada en algo que los zaragozanos no veíamos desde hace tiempo.

Un alcalde de Zaragoza que defiende la unidad nacional, y por ende, un futuro donde el respeto a la Ley, a la igualdad de cada ciudadano y a la convivencia primen por encima de rupturas territoriales desde el nacionalismo. Así de fácil, y a veces tan complicado de ver.

El día 6 de diciembre, en conmemoración del aniversario de nuestra Carta Magna, Zaragoza visibilizará el sentir general de una ciudad al desplegar una bandera de España lumínica de 450 metros. Es tan sólo un gesto, cierto. Pero es un acto que reconforta a la mayoría de la ciudad huérfana de ver cómo sus representantes reclaman con orgullo que Zaragoza está orgullosa del país que tenemos.