¿Zaragoza se rendirá? ¡La muerte al que esto diga! Zaragoza no se rinde. La reducirán a polvo; de sus históricas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo abrirase vomitando llamas; y lanzados al aire los cimientos, caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que ¡Zaragoza no se rinde!”

Así relataba Benito Pérez Galdós nuestro glorioso pasado. Un pasado por el que se concedió a nuestra ciudad los títulos de Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica e Inmortal ciudad. Pero eso ya no mola, ahora da igual que Zaragoza sea noble, leal e inmortal; ahora toca ser sabrosa, inclusiva y sensible.

Eso han querido transmitir nuestra vicealcaldesa y el gerente de Zaragoza Turismo en el área de Fitur LGBT+, donde han vendido una ciudad sabrosa de día y sabrosona de noche, bajo el lema “Zaragoza a todo color”, color arcoíris, claro.

Allí han dado a conocer una muestra de cine lésbico, gai, trans, bisexual, queer e intersex de Cine organizada por el colectivo Towanda Aragón, que proyectan largometrajes, cortometrajes y documentales de temática gay, lésbica y transexual. Como broche de oro, la jornada finalizó con una performance del grupo zaragozano Kiki House & Delicious.

Yo, qué quieren que les diga, creo que flaco favor hacen a la normalización de la diversidad sexual actuaciones como estas, que reivindican y promueven la causa LGTB con la bufonada, la lascivia, la exageración o el histrionismo.

Yo creía que estas cosas las hacían Ada Colau y Carmena pero se ve que el Ayuntamiento de Zaragoza no se queda atrás cuando se pone. Yo, qué quieren que les diga, a mi me da igual si son turistas, turistos o turistes los que vienen a probar nuestro ternasco y visitar nuestra ciudad. No me afecta la matraca identitaria, fluyo y dejo fluir.

Lo que ya no me da igual es que esa matraca se institucionalice, se subvencione con nuestros impuestos, y que algún directivo se aproveche del cargo para reivindicar sus obsesiones personales. Pero ahora da igual, el mal ya está hecho. Estas cosas pasan y más en gobiernos de coalición.

Lo que ahora interesa no es tanto lo sucedido sino como se reacciona ante lo sucedido. Dudo que el PP se haya sumado al relato de la identidad que tanto gusta a la izquierda victimista desde que cambió las fábricas por las universidades y la lucha por la igualdad por la lucha por la identidad. 

Pero esa duda hay que despejarla. En otras palabras: ¿Apoya el PP la iniciativa o se la ha colado Ciudadanos? ¿Qué va a hacer Azcón con su vicealcadesa? ¿Cuánto va a durar en el cargo?