Juan Antonio, Gema y José Alberto reconocieron ante el tribunal que les juzgaba, en Zaragoza, su militancia nacionalsocialista. En la sentencia, el juez consideró que tenían muchas cosas en común, en especial «compartir y simpatizar con ideologías de carácter neonazi o nacionalsocialista, conformando un grupo de skinheads».

Ramón Redondo, donostiarra de 29 años, era parte de una rutina de ‘caza’ que los jóvenes neonazis acostumbraban a llevar a cabo siempre en grupo. Esta vez eran cinco, los tres ya citados y dos menores. A Ramón no le preguntaron nada, simplemente fueron a por él y le golpearon con una piedra y un trozo de alcantarilla en la cabeza. El parte médico que también se expuso en el juicio decía lo siguiente: «Las heridas tenían entidad suficiente para comprometer su vida en caso de no haber recibido tratamiento médico urgente».

Ramón estuvo casi 300 días curándose de sus heridas; mientras el Tribunal condenó por un delito de asesinato en grado de tentativa a los dos varones mayores de edad a una pena de 7 años de prisión. Gema, la mujer que les acompañaba, tuvo una condena de 3 años por complicidad en los hechos.

El juicio fue muy mediático y se celebró en 2008. Fue la última vez que se vio a neonazis reconocidos en Zaragoza sentados en el banquillo de los acusados haciendo frente a una agresión gratuita casi mortal.

La siguiente agresión de estos grupos de ultraderecha en Zaragoza que trascendió a la prensa tuvo lugar 6 años después. Sucedió en 2014 y se produjo en una terraza del Paseo de la Constitución. Un grupo de nazis increpó y agredió a un joven que tomaba algo con unos amigos. Al parecer, podrían haberle reconocido ya que el chico habría denunciado un primer ataque de los mismos agresores meses antes.

¿Grupos aislados u organizados? La prensa hace nueve años vinculó a estos agresores a grupos como el Movimiento Social Republicano, un partido de extrema derecha fundado en España en 1999 y disuelto en 2018. Precisamente en 1999 nacía otra facción radical de ultraderecha en España, importada de Reino Unido, y que tuvo su origen en la música ‘skin nazi’, como respuesta a otra nacida de la izquierza más radical.

‘Blood and Honor’, en castellano, ‘Sangre y Honor’, también ha tenido una rama en la capital aragonesa. La operación ‘Espada’ de la Guardia Civil dio un golpe seco a este grupo en España, deteniendo a 21 de sus miembros, cuatro de ellos en Zaragoza. El Tribunal Supremo juzgó a 15, uno detenido en la capital aragonesa, y ordenó la disolución del grupo radical en 2011. Según fuentes policiales, iban a establecerse a principios del año 2000 en Zaragoza, pero estaban siendo vigilados de cerca.

El grupo neonazi Sangre y Honor, en una foto de archivo / HOY ARAGÓN

Tres años antes de su supuesta disolución, ‘Blood and Honor’ había sido también señalado por colarse en la publicidad de un combate de boxeo en Monzalbarba. Ya por entonces estos grupos de ultraderecha vinculados a otros en Hungría, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros países con influencia, estaban vigilados con lupa. En Zaragoza, uno de los bastiones habituales de la extrema derecha, se generó un germen contrario denominado anti fascista que también acabó siendo un quebradero de cabeza para las autoridades, incluso en la actualidad.

De aquella extrema derecha en Aragón, y sobre todo después de 2015, queda algo vinculado al fútbol, escenario que todavía utilizan facciones como ‘Ligallo’ o ‘Avispero Hooligans’, aparentemente contrarías en ideología a pesar de que ambos animan al mismo equipo de la capital aragonesa. Desde que se instauró la conocida como grada de animación muchos clubes han desterrado la violencia de sus campos, y ahora las agresiones y enfrentamientos se producen fuera del campo.

Según la propia Policía Nacional, las personas que van al fútbol y son considerados ‘problemáticos’ están identificados. Lo cierto es que pesar del control policial siguen utilizando a día de hoy las redes sociales para retarse y buscar pelea.

De otra manera y retando a grupos ideológicamente rivales, ultra derecha y ultra izquierda joven y violenta sigue estando ahí. Hace tan solo 8 años, la Policía Nacional intervenía en una batalla campal entre nazis y antifascistas. Resultado, trece detenidos, entre los que había dos menores, y cuatro policías resultaron heridos.

Sucedió en el barrio de las Fuentes, al acabar un concierto organizado por un partido de extrema derecha, cuando un grupo de ideología rival atacó a los asistentes que salían del recinto. La Policía dijo entonces que un grupo de unas 150 personas de ideología antifascista, provistos de palos, patatas con clavos, piedras y adoquines se abalanzaron contra los agentes que vigilaban el concierto en el exterior del recinto.

Volvamos a la ultraderecha de antaño. Los que durante los años noventa sembraban el miedo en Zaragoza, han pasado ya varias veces por prisión. Algunos como el conocido José Luis B., según fuentes consultadas por HOY ARAGÓN, a sus ya 50 años, seguía en la cárcel considerándose nacionalsocialista. Son gente que en prisión, dicen estas fuentes, «siguen manteniendo el tipo». Estos casos son muy exclusivos. Ahora, según otras fuentes consultadas por este diario digital, los neonazis de entonces ya no son tan violentos. Incluso condenan esa violencia gratuita. Es el caso de ‘Devenir Europeo’.

Esta asociación inscrita como tal se define como cultural y de claro corte nacionalsocialista. Su objetivo, dicen, es «despertar una conciencia sana». «Condenamos cualquier tipo de genocidio, xenofobia y odio a cualquier raza. No pretendemos ser una restitución de ningún régimen del pasado». Lo cierto es que en Zaragoza ya están celebrando una serie de actos culturales que algunos colectivos de la capital definen como ‘de ideología nazi’. Es fácil que encuentres en su web celebraciones con horario pero no sabrás dónde si no contactas con ellos a través, por ejemplo, un email.

‘MOTEROS’ NAZIS

Ahora la policía ha detectado propaganda ultraderechista en grupos de motoristas, ilegales en otros países, pero no aquí, en España. En la operación ‘Escorpio’, hace tan solo un mes, Guardia Civil y Policía Nacional desmantelaban un ‘capítulo’ de los ‘Comanchero MC’, un grupo de motoristas que tiene su origen en Australia y se dedica a la venta de droga.

Herederos o coetáneos de los famosos ‘Ángeles del Infierno’, a los que los Mossos D’Escuadra dieron un golpe en 2019 deteniendo a una veintena de sus miembros más activos. Se les vincula con grupos neonazis y venta de armas. Según fuentes consultadas, este tipo de bandas rara vez recalan en Zaragoza ya que tienen su feudo de operaciones en el entorno de Madrid o Barcelona.

Precisamente y a pesar de estos datos, ese mismo año, en 2019, acabó detenido en Aragón Errol Jansen, uno de los 20 criminales más buscados del mundo y miembro de los ‘Ángeles del Infierno’. ¿Casualidad? La detención se produjo en Cetina, en un control aleatorio de la Guardia Civil. Todo apunta a que estaba de paso.

Sea como fuere, la ultra derecha y la ultra izquierda siguen presentes, aunque no van rapados ni dando golpes por la calle como en los años noventa, pero aquella sombra ha conseguido alargarse en Zaragoza hasta 2010. Ahora tienen otras caras pero siguen buscando pelea entre ellos, dos idearios tan polarizados y en su sentido más ultra, violentos. Se trata de seguir captando en el desencanto, en todos aquellos que busquen una raíz, una identidad, una familia, como hacen las bandas latinas, más conocidas ahora como bandas juveniles. Cambiará la ideología, pero no el ‘modus operandi’.