Pocas empresas aragonesas cuentan con una experiencia internacional tan destacada como Cablescom. Fundada en 1971, ya estuvo asociada desde sus inicios al grupo americano General Cable, así como a Telefónica, y a lo largo de estos 50 años han invertido en la compañía aragonesa grupos estadounidenses o británicos.


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Desde hace cuatro años, Cablescom forma parte del gigante chino Hengtong Group, el tercer productor mundial de fibra óptica, y se han convertido en su base más importante en Europa. El 75% de lo que produce Cablescom en Zaragoza es exportado, y la compañía está en el Top 80 de las empresas aragonesas, con una facturación en 2020 de 53 millones de euros.

Verónica Iliescu, CEO de Cablescom, repasa para HOY ARAGÓN las claves de desarrollo de la compañía, cómo han sobrellevado con éxito los problemas generados por el Covid-19 y los planes de futuro de una industria, la del cableado, clave en esta nueva era digital.

¿Cómo se organiza frente a la pandemia una empresa en la que el 75% de los clientes están fuera de España?

Evidentemente ha sido un año complicado y hemos tenido que adaptarnos en tiempo récord tanto interna como externamente. Nunca habíamos teletrabajado y tengo que decir que el resultado ha sido muy bueno. Gracias a pertenecer a Hengtong Group, vimos con antelación lo que ocurría en China y, por ejemplo, fuimos pioneros a nivel nacional en tomar la temperatura a nuestros equipos. Hay que destacar la respuesta que hemos tenido de los trabajadores.

En cuanto a cómo nos hemos organizado hacia el exterior, nos encontramos con que los clientes también estaban en la misma situación y hemos tenido que adaptarnos para gestionar los pedidos. Hemos seguido adelante abriéndonos a nuevos mercados, eso sin viajar y sin ir a ferias. En 2020, la facturación ha sido de 53 millones de euros, cuando en 2019 fue de 70 millones. Teniendo en cuenta la situación, ha sido un buen año, en el que hemos obtenido nuevos clientes gracias a que los profesionales del sector nos conocen.

¿Qué indicaciones le daría a una empresa local que quiere abrirse paso en el mercado exterior?

En primer lugar, conseguir información sobre los mercados que les interesan. Como ejemplo: nuestros clientes suelen querer lo mismo, pero la forma de trabajar es distinta. Hay que saber cómo compran y qué les interesa. En resumen: hay que vender de la manera que el cliente quiere comprar.

Nosotros contamos con técnicos comerciales muy bien formados, que son capaces de gestionar varios clientes a la vez. Asimismo, disponemos de ayuda local de agentes y distribuidores en el exterior, que permiten entender la manera de trabajar en los distintos países y pueden llegar al cliente más rápido para solucionar un problema que puedas surgir.

«Hay que vender de la manera que el cliente quiere comprar»

Cuando te presentas delante de un cliente que no te conoce le haces una promesa, y ésta tiene que estar 100% sostenida, apoyada y defendida por la infraestructura que tienes detrás. Ese creo que ha sido el éxito de nuestra empresa.

¿Cuáles son los países a los que exporta Cablescom de forma mayoritaria?

En los últimos años principalmente a Francia, y también a países como Italia, Reino Unido, Portugal o Bélgica.

¿Y cómo les está afectando el Brexit?

Estamos estudiándolo actualmente, si bien nuestro volumen de venta a Reino Unido no es tan relevante. Hay que decir que hay bastante desconocimiento en general.

¿Qué productos de los que produce Cablescom son competitivos y por qué?

Nosotros fabricamos, entre otros productos, un cable de fibra óptica para redes de telecomunicaciones que tiene la particularidad de ser tanto aéreo como ducto. Es, como ejemplo, como tener una sartén que sirve tanto para inducción como para vitrocerámica. Esto facilita mucho las instalaciones que tienen que realizar nuestros clientes, principalmente operadoras de telefonía e Internet, así como instaladoras.

En 2021 Cablescom cumple 50 años. ¿Cuáles han sido los hitos de la compañía a lo largo de su historia?

Me gusta destacar la variedad de accionistas que hemos tenido, porque para nosotros ha sido muy enriquecedor. Fuimos fundados en 1971 por Telefónica y el grupo americano General Cable. Posteriormente nos adquirió el grupo británico BICC Cable, hoy desaparecido y, años después, formamos parte del grupo estadounidense Corning, especializado en fibra óptica. En 2000 entramos en el accionariado del grupo americano Altron, hasta 2016, cuando por razones estratégicas desinvirtieron y nos adquirió el Grupo Hengtong.

¿Y cómo han evolucionado los productos?

En 1971 empezamos siendo una fábrica de cables de cobre para telefonía al 100%. En 1982 iniciamos la fabricación de fibra óptica. De hecho, el primer cable de fibra óptica que se instaló en Zaragoza, en la zona de El Portillo, fue fabricado por nosotros.

En la construcción del primer AVE entre Madrid y Sevilla también se utilizó nuestro cable en las instalaciones de señalización. De hecho, a día de hoy, el 50% de la red de señalización del AVE en España está fabricado por nosotros, aquí en Zaragoza.

«El 50% de la red de señalización del AVE en España está fabricado por nosotros, aquí en Zaragoza»

¿Cómo es la relación con sus accionistas chinos?

Pertenecemos a un grupo muy grande, el tercer fabricante de fibra óptica del mundo, que cotiza en la Bolsa de Shanghai y tiene un gran reconocimiento en su país. Cuando ellos nos compraron, eran bastante desconocidos en nuestro mercado. Nosotros hemos trabajado para potenciar la presencia del grupo en Aragón, en España y en Europa, y de hecho somos su principal plataforma de desarrollo en el continente.

Pero no nos olvidamos que estamos en Zaragoza y en Aragón. La comunidad apuesta fuerte por la relación con China y nosotros somos privilegiados al poder potenciarla en los dos sentidos.

Hemos trabajado en el seno de culturas muy diferentes y eso nos ha venido muy bien. Hoy, pertenecer a un grupo chino nos enseña a trabajar de distintas maneras. Dentro de unas normas bastante estrictas, nos han dado bastante autonomía y hemos conseguido hacernos entender.

Hay un esfuerzo de las dos partes en aprender. De la preocupación inicial que podíamos tener, hoy podemos decir que se han dado pasos muy grandes.

«Pertenecer a un grupo chino nos enseña a trabajar de distintas maneras»

¿El futuro es inalámbrico?

Lo es, pero el cable no va a desaparecer. También con las redes 5G serán necesarias las conexiones de fibra óptica. Además, aparte del cable, el 5G va a requerir otros elementos de los que nosotros podemos ser proveedores de manera global, así como de los servicios que conlleva.

En ese sentido, trabajamos para conseguir alianzas con empresas afines a nosotros. Por ejemplo, formamos parte del Programa Gacela de ITAINNOVA para potenciar la innovación y las nuevas oportunidades empresariales, donde podemos aportar la solidez de nuestro know how. También estamos adheridos al proyecto Mobility City de Fundación Ibercaja.


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