Rosalía rechazó el show de la NFL en el Bernabéu: "Dijeron que estaba al nivel de Super Bowl"
La fiesta de la NFL en Madrid dejó una imagen histórica: 78.610 personas llenando el Santiago Bernabéu para ver a los Miami Dolphins y los Washington Commanders en un partido que se decidió en la prórroga (16-13) y que sirvió como escaparate global para España. Pero en el guion del evento hubo un nombre que nunca sonó por megafonía… aunque estuvo muy cerca: Rosalía.
Según fuentes de la organización consultadas por varios medios, la primera gran apuesta para el show del descanso del partido en Madrid fue la artista catalana. La idea era clara: replicar, a escala europea, el modelo de la Super Bowl con una actuación de impacto mundial. “Dijeron que el espectáculo estaba al nivel de una Super Bowl”, apuntan estas fuentes sobre el planteamiento inicial que se puso sobre la mesa para convencer a Rosalía.
La cantante, sin embargo, rechazó la propuesta. No trascendieron los motivos oficiales, pero su no obligó a la NFL y a los socios organizadores en España a mover ficha y reconfigurar el cartel musical.
De Rosalía a Bizarrap y Daddy Yankee
El plan B, visto desde el graderío, no tuvo nada de improvisado. En el descanso, con el marcador 6-6, se apagaron las luces del Bernabéu y arrancó un mini festival: Bizarrap hizo vibrar al estadio con sus sesiones más reconocibles, incluidas las que lo han convertido en estrella global junto a Quevedo o Shakira; y Daddy Yankee, leyenda del reguetón, puso el broche con una actuación que mezcló nostalgia y fuegos de artificio.
El público respondió como si fuese la final de la NFL y no un partido de fase regular en territorio europeo. Pero internamente, el dato que corría entre los responsables del evento era otro: ese escenario, esa producción y ese impacto se habían diseñado pensando primero en Rosalía. La catalana, una de las pocas artistas españolas con verdadera proyección planetaria, era el nexo perfecto entre la marca NFL, el público europeo y el mercado latino.
La lógica NFL: música como arma global
La apuesta por Rosalía encaja con la estrategia de la liga de fútbol americano. Cada año, millones de personas que nunca han visto un partido completo de la NFL sí siguen el show del descanso de la Super Bowl. El ejemplo es claro: la edición de 2025 con Kendrick Lamar batió récords con 127 millones de espectadores solo en Estados Unidos, y para 2026 ya está confirmado Bad Bunny como artista principal.
Trasladar esa lógica a Madrid tenía sentido: un partido único, un estadio icónico como el Bernabéu y una estrella capaz de romper fronteras. De ahí que los promotores insistan en que lo que se puso sobre la mesa para Rosalía era “nivel Super Bowl”: despliegue técnico, realización televisiva pensada para el mercado internacional y un show diseñado para estar a la altura de los grandes eventos de la NFL.
Un ‘no’ con muchas lecturas
La negativa de Rosalía se interpreta en clave de agenda, estrategia artística y control de marca. La artista ha cuidado al máximo en los últimos años dónde canta, cómo aparece y qué tipo de eventos asocia a su nombre. Su ausencia en el Bernabéu no impidió que el partido se convirtiera en un fenómeno mediático, pero sí deja un escenario interesante: la NFL ha dejado claro que está dispuesta a jugar en la primera división de la música española y latina para sus eventos en Europa.
Mientras Madrid digiere aún el impacto de ese lleno histórico en Chamartín, queda una pregunta flotando en el ambiente: si el show del domingo, con Bizarrap y Daddy Yankee, ya parecía una Super Bowl en miniatura… ¿cómo habría sido el espectáculo con Rosalía sobre el césped del Bernabéu

